PREFACIO
A principios del año
1962 se solicitó mi colaboración para redactar una Doctrina de Guerra
Contrarrevolucionaria destinada a la Aeronáutica Militar. Asumí la tarea como
un acto de servicio a la Patria, en forma gratuita y dispuesto a prescindir de
mi nombre para evitar prevenciones y sobresaltos. El primer folleto con el plan
general y el desarrollo de los principios de la Doctrina, incluso el nihil
obstat del Arzobispo de Buenos Aires, fue aprobado, publicado y distribuido
oficialmente a todo el personal del Arma. Una semana después, la Masonería dio
la voz de alarma por medio de uno de sus órganos profanos de prensa. Se produjo
la previsible marcha atrás; el folleto fue desaprobado oficialmente y se ordenó
la devolución inmediata de todos los ejemplares. A pesar de este contratiempo,
resolví continuar el trabajo por considerarlo necesario e imprescindible, tanto
para militares como para civiles, dispuestos a batirse por Dios y por la
Patria, contra los enemigos y renegados del Occidente Cristiano. Lo que aprendí
enseñando durante treinta años se recoge en estas páginas que quieren
contribuir a la formación política de una verdadera Milicia que sepa lo que
debe defender y lo que debe combatir a muerte. Doctrina Nacionalista y
Jerárquica, reconoce que todo depende de la Voluntad de Dios; pero enseña que
los hombres deben empeñarse como si todo dependiera exclusivamente de ellos. Es
lo que Dios quiere y espera de los suyos; en primer lugar, de la juventud capaz
de una heroica fidelidad, dispuesta a mantener el compromiso de los claros
varones:
Como León Degrelle
"Renuevo mi promesa de intransigencia. Más que nunca iré recto, sin ceder
en nada, duro con mi alma, duro con mis deseos, duro con mi juventud".
JORDÁN B. GENTA
INTRODUCCION A LAS PRIMERA Y SEGUNDA EDICIONES
La preparación
adecuada y eficiente de los militares argentinos para enfrentar la Guerra
Revolucionaria, actualmente en su etapa decisiva en América, requiere una doble
disciplina formativa:
1. La Doctrina Positiva que comprende los principios,
valores e instituciones fundamentales que se deben afirmar, servir y defender
en todos los terrenos teóricos y prácticos. 2. La Doctrina Negativa que ha
desencadenado la Guerra Revolucionaria total —el Comunismo—, así como sus
antecedentes y aliados ideológicos; su estrategia, táctica y armas dialécticas.
Su conocimiento y dominio es indispensable para superarlo en la lucha.
En síntesis: se trata
de saber lo que hay que defender y lo que hay que combatir en esta guerra
religiosa, mental, moral, política y física, de todo el hombre y de todos los
días, de todos los ambientes y en toda la Patria, hasta el triunfo o la derrota
totales. Lo primero es formar una conciencia lúcida, firme e inconmovible de la
Doctrina Positiva que es la de la Cristiandad o del Occidente Católico y
Romano. Saber lo que es definirse cristiano y occidental para evitar
confusiones, equívocos y desviaciones ideológicas que quiebran la unidad
espiritual y debilitan gravemente nuestro frente. Esas confusiones, equívocos y
desviaciones son promovidos o utilizados ampliamente por el enemigo en la
propaganda, en la educación y en la acción cultural, en el derecho y en la
economía, en la política y en la religión. La concepción doctrinaria del
Occidente Católico y Romano —que nosotros llamamos Doctrina Positiva— se
desarrollará a través del temario siguiente:
1. Lineamientos esenciales de la Doctrina
Católica, Occidental y Argentina.
2. La Fe Católica en la formación de la
Civilización y de las Naciones de Occidente.
3. La Filosofía en la Civilización
Occidental. Integración de la razón natural y de la Fe sobrenatural en la
Filosofía cristiana: San Agustín y Santo Tomás. Filosofía; del Ser y lógica de
la identidad con relación al Sentido Común.
4. El Derecho romano. Poder ordenador y
asimilador de las civitas. El Imperio
Romano y la expansión del Cristianismo. Integración de la justicia natural en
la Caridad sobrenatural para presidir la Ciudad Cristiana.
5. La Patria es la historia verdadera de la
Patria. El Imperio Católico y Romano de España: su obra misional y civilizadora
en América. El territorio estable y las tradiciones legítimas de nuestra
Patria.
6. La Familia Cristiana fundada en el
matrimonio indisoluble y en la patria potestad.
7. La Propiedad Privada: posesión y uso. El
capital y la extensión de la Propiedad Privada al trabajo productivo. Encíclica
MATER ET MAGISTER de Juan XXIII.
8. La Educación cristiana y nacional. La
Escuela y la Universidad al servicio de la Verdad y de la Patria.
9. El Estado: organización jurídica de la
Soberanía política y gobierno para el Bien Común. El Estado de Derecho y los
supremos intereses de una nación católica y occidental. Relaciones entre el
Estado y la Iglesia Católica. Relación del Estado con las Sociedades
Intermedias.
10. Las Fuerzas Armadas de la Nación. Su
misión específica: La defensa de los valores esenciales y permanentes de la
Nación; esto es, de lo que en los Reglamentos Militares se denominan Supremos
Intereses de la Nación.
El temario correspondiente
a la doctrina anticristiana, antioccidental y anti argentina del Comunismo
Marxista —que nosotros llamamos Doctrina Negativa— debe desarrollarse en forma
paralela y en contraposición expresa con las posiciones afirmativas. Es el
procedimiento didáctico más eficaz para agudizar y agilizar la mente en el
sentido crítico y polémico.
1. La Revolución Liberal contra el
Orden Católico y Occidental, en sus etapas religiosa, filosófica y política,
hasta culminar en la Revolución Social del Comunismo Marxista. El proceso del
Liberalismo en la Argentina.
2. La Reforma Protestante y la
ruptura de la unidad católica de Occidente. El Libre Examen contra la autoridad
de la Verdad y su Cátedra de la unidad.
3. La revolución cartesiana de la
filosofía con la teoría de la doble verdad y la separación de la razón y de la
Fe. El nuevo punto de partida de la filosofía: idealismo, racionalismo,
empirismo, criticismo, panteísmo y nihilismo materialista. Eliminación de la
Teología y de la Metafísica del campo de las ciencias. Filosofía del devenir y
dialéctica de la contradicción infinita.
4. La Revolución Liberal en la
política. Secularización radical del Poder y la sustitución de la Soberanía de
Dios por la Soberanía Popular.
El laicismo masónico en la Revolución
Francesa. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano contra sus
deberes previos hacia Dios, la Patria y la Familia. El Derecho Liberal contra
el Derecho Católico Tradicional en nuestro país.
5. Ruptura Liberal de la Patria con
el pasado y su mediatización por la libertad individual. El oscurantismo
medieval y la Leyenda negra sobre España. La Ruptura Liberal con el pasado en
la Historia Patria: Civilización y Barbarie. La Masonería en la historiografía
argentina.
6. Disolución Liberal de la Familia.
El matrimonio civil en lugar del Gran Sacramento. El divorcio y la
indiscriminación de los hijos. La situación actual de la familia en nuestro
Estado de Derecho.
7. El absolutismo de la Propiedad
Privada en el derecho liberal y la crítica marxista de la Propiedad Privada,
completando su crítica de la Religión y del Estado. Estructura económica de la
sociedad y superestructura ideológica: religiosa, filosófica, jurídica,
etcétera, en la concepción del Comunismo.
8. La reforma laicista de la Educación
en todos sus grados. El planteo de una Escuela sin Religión y sin Tradición. Descristianización
y desarraigo progresivo de las naciones occidentales. La reforma educacional
del 80 en nuestro país y la Reforma Universitaria del 18: Laicismo y marxismo
en la formación de las generaciones argentinas y, en particular, de su clase
dirigente actual. Consecuencias para la lucha contra el Comunismo.
9. Concepción Liberal del Estado:
Contrato Social, Derechos Individuales y Soberanía Popular. Mediatización del
Bien Común por el interés individual, de clase o de partido. El Estado sin
Religión no es un Estado neutro sino irreligioso, contra la Religión Católica
Apostólica y Romana. Crítica marxista y su planteo utópico de la abolición del
Estado en la futura sociedad comunista.
10. Concepción antimilitarista del
liberalismo burgués y proletario. Crítica marxista de las Fuerzas Armadas de la
Nación como "instrumento pretoriano del Estado al servicio de clase
explotadora". Sustitución revolucionaria de las Fuerzas Regulares por las
milicias populares.
Tema I
DOCTRINA POSITIVA:
Lineamientos esenciales de la
Doctrina Católica, Occidental y Argentina El enfrentamiento eficaz de la Guerra
Revolucionaria desatada por el Comunismo nos impone saber, en primer término,
qué es lo que nos identifica como occidentales y cristianos. Se trata de
adquirir una conciencia lúcida y distinta de los contenidos de valor que son
esenciales y permanentes, es decir, que definen a la Cristiandad Occidental o
Civilización Occidental. La posesión de la Doctrina Positiva en sus líneas
esenciales es el único medio eficiente para combatir y superar el confusionismo
ideológico que nos abruma y es como una cortina de humo, a través de la cual
avanza impunemente el enemigo dentro de nuestra mente, de nuestros hogares y de
nuestra Patria. Tres son los contenidos de valor, los pilares sobre los que se
levanta la Civilización Occidental, Cristiana y, por lo tanto, Argentina:
1. La Revelación
Cristiana y su Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
2. La filosofía griega
clásica: Sócrates, Platón y Aristóteles.
3. El Derecho Romano y
su Política Arquitectónica.
El primero es de orden
sobrenatural, divino. Los otros dos son de orden natural, humano. Vamos a
comenzar por los contenidos naturales y humanos, examinando en primer lugar lo
que significa la Filosofía en la vida del hombre y de la civilización:
a. La Filosofía Griega Clásica: Sócrates Platón y
Aristóteles Filosofía,
etimológicamente, quiere decir amor (filo) al saber (sofía). Es la ciencia por
excelencia en el orden natural. Y se denominan clásicos Sócrates, Platón y
Aristóteles, porque su pensamiento es siempre actual, su magisterio siempre
contemporáneo, a pesar de que vivieron entre los siglos V y IV antes de Cristo.
Aprendemos a pensar, a definir, a distinguir, a discutir con razones, a
dialogar en la verdad, en Platón y Aristóteles. Le debemos a Sócrates la
liberación del pensamiento respecto de la sensación V su elevación a la altura
del concepto y de la definición. El concepto refiere lo que una cosa es, su
esencia fija e inmutable, lo que hace que el agua sea agua; el pan, pan; el
vino, vino. La esencia o forma constitutiva de las cosas es la razón de ser, lo
que permanece siempre igual a sí mismo, lo que nos permite identificar una cosa
con ella misma, a pesar de todos sus cambios sensibles, aparentes. El concepto
o definición, por lo mismo que dice la esencia, es único como ella misma; así
la definición de hombre afirma que es un animal racional. Hoy y siempre el
concepto de hombre será el mismo. En cambio, las opiniones acerca de algo son
innumerables, porque la opinión encara un aspecto, el que nos interesa o nos
impresiona, de una cosa; y puede haber múltiples enfoques, desde múltiples
ángulos, de una misma cosa. Ciencia, para los clásicos del pensamiento,
significa conocimiento por las causas o razones de lo que existe. La filosofía
es la ciencia por excelencia, la ciencia soberana, porque estudia la causa
primera y el fin último de todo lo que existe o puede existir. En el mismo sentido,
podemos definir a la filosofía como la ciencia de las esencias y del fin de la
existencia. Se la define, también, como la ciencia de la Verdad que el hombre
debe servir. Las ciencias empíricas y las ciencias exactas y experimentales que
estudian las leyes de los fenómenos físicos se ocupan de verdades que son para
usar. La ciencia que estudia lo permanente, lo esencial y lo eterno de los
seres y el fin para que existen, culmina en Dios, causa primera y fin último.
La razón humana se remonta por la exigencia de encontrar la causa o la razón
(el qué, el por qué y el para qué) hasta demostrar la necesidad de una primera
razón o causa. Pero libradas a sus solas fuerzas naturales, su razón no le
permite acceder a la vida íntima de Dios; lo infinito y trascendente no puede
ser abarcado por la razón finita y discursiva del hombre. Tiene que ser Dios
mismo que se manifieste y revele al hombre; y esa Revelación se ha manifestado
en Jesucristo Nuestro Señor, verdadero Dios y hombre verdadero. Y tiene que ser
el mismo Dios que nos infunda la Fe en su Palabra para que podamos entender lo
que Dios es en Sí mismo y lo que somos en relación a Dios. De allí que la
verdadera Sabiduría necesita de la integración de la razón natural en la Fe
sobrenatural, es decir, de la filosofía humana con la Divina Revelación para
constituir la Teología Sagrada. Fue la obra de los Padres y Doctores de la
Iglesia, de San Agustín y Santo Tomás principalmente. La filosofía no difiere
del Sentido Común en sus afirmaciones esenciales; es el mismo Sentido Común
reflexivamente asumido. 'Es el Sentido Común reajustado con espíritu crítico.
La lógica que se funda en la filosofía es la que rige el discurso por los
principios de identidad y de no contradicción. Se comprende que la lógica de la
identidad se funda en la filosofía del ser, de las esencias y del fin de la
existencia. La filosofía que es pilar del Occidente Cristiano es la ciencia de
la eternidad y de lo que es eterno en las cosas. La lógica que define la
mentalidad occidental es la lógica de la identidad esencial de lo que existe,
esto es, el discurso que concluye que el agua es agua y no es vino; y que el
vino es vino y no es agua, a pesar de que el vino contiene agua. Es la lógica
que discurre en función de verdades esenciales y de la Verdad Absoluta que
comprende a todas las otras.
b. El Poder Político y el Derecho Romano
La vida política de
los griegos se circunscribió a la Polis (ciudad); no llegó a tener dimensión
imperial hasta Alejandro, pero esa voluntad de dominio no se hizo estable, no
se constituyó en imperio. Había que esperar a Roma para que se realizara la
primera expansión verdaderamente política, sabiamente organizadora de la
autoridad. Esa capacidad inigualada para el mando hizo de una pequeña ciudad el
mayor y más durable Imperio conocido hasta entonces. Roma es la organización
perfecta del poder político. Hizo cumplir sus leyes hasta en los lugares más
remotos. Roma no se impone nunca de inmediato a pueblos que no la aman, ni la
comprenden, ni la admiran. Crea primero una colonia romana donde alienta el
espíritu de Roma; y es esta colonia la que va realizando la difícil conquista
que las legiones sólo podrían iniciar y sostener con las Armas. Tina ciudad
bajo la férula de un enemigo victorioso que soporta el despliegue de su
poderío, la ostentación de la autoridad, el peso de los impuestos y servicios,
no es una ciudad realmente conquistada. Roma sabe muy bien que no es ése el
camino de la conquista segura. Su política tiene algo de su arquitectura: la
columna romana, firme y rigurosa, puede ser el símbolo de ese pueblo que supo
fundar una dominación de doce siglos. Frente a esos pueblos de la antigüedad
que establecían con las vencidas relaciones de dominio estricto y que le
cerraban a los subyugados el acceso a la dignidad civil, Roma trae un aporte
nuevo que explica su expansión territorial y su unidad política.
Lentamente va
consintiendo que los hijos de pueblos sojuzgados que han dado pruebas de
adhesión y han sabido interpretar el sentido de la paz romana se eleven a la
dignidad no sólo de ciudadanos sino incluso a la de miembro de la minoría
rectora del Senado. La conquista romana que traza tan rápidamente caminos y
rutas, por entre las montañas, hasta las zonas más apartadas, es la conquista
realizada no sólo por el genio de un ¡hombre, un conductor genial, sino por el
genio de todo un pueblo. ¿Cómo pudo Roma mantener la cohesión y la unidad en
tan dilatada extensión y en tan grande variedad de pueblos? Por medio del
Derecho. Los romanos llevaban a todas partes el orden, una regla estable de
convivencia; y la tranquilidad en ese orden jurídico rígido y preciso: la paz
romana. La vigencia del Derecho va eliminando las discordias, y contradicciones
internas en los pueblos conquistados; la lengua vernácula va cediendo su lugar
a la lengua latina; también van desapareciendo los aspectos más crueles y
perversos de las religiones bárbaras. Las etapas de la conquista romana son:
1. La Paz, la tranquilidad en el orden por
medio del Derecho.
2. La prosperidad material que es el resultado
del orden político.
3. La elevación y riqueza de cultura.
Los pueblos bárbaros
(extranjeros) acatan finalmente la ley romana porque los eleva o les suscita la
esperanza de otorgarles la ciudadanía romana. El ciudadano romano en cualquier
lugar del imperio,, aun en el más remoto, sigue viviendo en Roma —como el
inglés de hoy en la City—. El mejor ser de Roma se expresa en esta conquista,
cuya divisa no es sólo la del César vencedor: "veni, vidi vid"; ya
que después de aquella admirable conquista de las armas, la completaba con la
codificación del Derecho.
Claro está que la
indiferencia del romano hacia lo que era extraño a su dignidad civil en el
propio ámbito tiene su personificación cabal en Poncio Pilato —finalmente se
lava las manos—. Además la rigidez, el exceso, las discriminaciones arbitrarias
—la condición de la mujer, la esclavitud, la propiedad, la patria potestad,
etcétera— son conocidos; pero sus defectos y excesos, incluso las aberraciones
propias de su paganidad, no anulan la grandeza ni la validez sustancial del
Derecho Romano, fundamento natural de todo Derecho justo de Occidente. Se
impone reconocer la capacidad superior y el sentido universal que era menester
para legislar sobre un vasto imperio que fue cimentado en la objetividad del
Derecho, en función de la Justicia, a pesar de las limitaciones apuntadas. El
Código de Justiniano representa la síntesis de toda una larga elaboración
jurídica, y es el fundamento del Derecho Positivo de Occidente, porque en él se
concretan y legislan las principales instituciones humanas en el orden privado:
Familia, Propiedad, Derechos Patrimoniales, dentro de la gran concepción del
Municipio y del Estado Romanos. El legado definitivo de Roma al Occidente
Cristiano son estos fundamentos del Derecho, en orden a la Justicia natural de
carácter ético esencial. El mismo helenismo, la herencia inmortal e inagotable
de la Sabiduría Humana, es decir, de la Filosofía Griega proyectada en la
contemplación y en la acción, entra en la formación de Occidente a través de
Roma. Sin la larga paz romana, conquistada por las Armas y estabilizada por el
Derecho, no habría sido posible el medio adecuado, el reposo que exige el
estudio de la filosofía de las esencias y del fin de lo que existe, la
contemplación de la verdad, la más noble y más pura actividad humana. Reviste
importancia decisiva entender que ni las filosofía de Sócrates, Platón y
Aristóteles, ni el Derecho de la paz romana, hubieran durado y trascendido
en\la Historia Universal sin el Cristianismo que une al concepto de la
universalidad política del Imperio la misión divina de la Redención de todos
los hombres. La Cristiandad potencia y engrandece cuanto hay de verdadero y
justo en la Filosofía Griega; así como cuanto hay de noble y ordenado en la
política romana. Y realza la filosofía natural en la Fe Sobrenatural y la
justicia humana en la Caridad Sobrenatural. Constantino inicia el Imperio
Romano Cristiano cuya codificación es obra de Justiniano. Carlomagno lo
restablece y en Carlos Y culmina y se interrumpe su gestión ecuménica,
católica, hasta el día de hoy. La dignidad de la persona humana; la igualdad
esencial de los hombres; la elevación de la mujer hasta contemplarla en su
paradigma: la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de Nuestra Patria; el verdadero
sentido social de la Propiedad Privada; el origen y la legitimidad del Poder;
la necesidad de la Fe para entender en las cosas de Dios y del destino de las
almas v de las Naciones; el auxilio de la Gracia para ser libres en el bien; la
Caridad de Dios para la perfección de la justicia; todo esto y mucho más es lo
que ha significado la integración de la filosofía natural de los griegos y del
orden político romano en la Revelación. Cristiana, cuyo fruto es la
Civilización Occidental.
c. Proyección Espiritual y Política de la
Iglesia Romana Católica de Occidente
El Occidente Cristiano, los
Imperios y Estados nacionales Católicos de Europa y América se han construido
alrededor de la Iglesia Católica, Apostólica v Romana. El Papa León XIII lo
destaca en su encíclica INMORTALE DEI: "Hubo un tiempo en que la filosofía
del Evangelio gobernaba los Estados. En aquella época, la eficacia propia de la
Sabiduría Cristiana y su virtud divina habían penetrado en las leyes, en las
instituciones, en la moral de los pueblos, infiltrándose en todas las clases y
relaciones de la Sociedad. La Religión fundada por Jesucristo se veía colocada
firmemente en el grado de honor que le corresponde y florecía en todas partes,
gracias a la adhesión benébola de los gobernantes y a la tutela legítima de los
magistrados. El Sacerdocio y el Imperio vivían unidos en mutua concordia y
amistoso consorcio de voluntades. Organizado de este modo, el Estado produjo
bienes superiores a toda Esperanza. Si la Europa Cristiana dominó las naciones
bárbaras y las hizo pasar de la fiereza a la mansedumbre y de la superstición a
la Verdad; si rechazó victoriosa las invasiones musulmanas, si han conservado
el cetro de la civilización y se ha mantenido como maestra y guía del mundo en
el descubrimiento y en la enseñanza de todo cuanto podía redundar en pro de la
cultura humana; si ha procurado a los pueblos el bien de la verdadera libertad
en sus más variadas formas; si con una sabia providencia ha creado tan
numerosas y heroicas instituciones para aliviar las desgracias de los hombres,
no hay que dudarlo: Europa tiene por todo ello una enorme deuda de gratitud con
la Religión, en la cual encontró siempre una inspiradora de sus grandes
empresas y una eficaz ayuda en sus realizaciones". En conclusión: La Doctrina
Positiva del Occidente Cristiano es la que se funda en la Palabra de Dios, cuyo
magisterio divino reside en la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, fundada
por el mismo Cristo: "Dios instituyó la Doctrina de la Verdad en la
Cátedra de la Unidad" 2. No hay, no puede haber otro principio de unidad
espiritual y moral para los hombres y las naciones de Occidente, que esa
Palabra de Dios y su Cátedra infalible que es la Iglesia Romana. Es menester
que nos edifiquemos en la Unidad Verdadera, para no caer en la separación, en
la división, en la pluralidad que son principios de negación y de muerte. Y
sobre esta roca inmutable que puso el mismo Dios, se potencian, realzan y
prestigian en la divina luz, la Filosofía Clásica de los griegos y el Derecho y
arquitectura del Poder de los romanos, pilares del Occidente Cristiano. A
partir de Cristo, toda elevación humana en la Historia de Occidente se prosigue
en y por la Iglesia Católica, que se abre a todos y abraza a todos los hombres
de buena voluntad, que son aquellos que hacen la voluntad de Dios.