jueves, 19 de diciembre de 2019

I. LA SITUACION ACTUAL



Introducción a la tercera edición
I. LA SITUACION ACTUAL

Los agitados comienzos del año 1971 encuentran a la Argentina oficial empeñada en mantener a todo trance la imagen de un país estable, seguro, optimista, marchando alegremente hacia un futuro de grandeza. Algunas medidas correctas pero limitadas a los magros saldos de una riqueza nacional enajenada, más el difundido slogan "compre nacional" no han conseguido atenuar siquiera la desproporción entre los ingresos y el alza galopante de los precios; esto, aparte de la constante disminución del producto bruto nacional y ,el aumento creciente de los quebrantos económicos, no contribuye a prestigiar esa imagen oficial de una Argentina feliz. Lo grave es que la persistencia en esa falsa imagen sólo sirve para distraer la atención pública y justificar aparentemente la inoperancia de los responsables. La verdad es que no se ve la realidad porque no se quiere ver, para no tener que asumir las responsabilidades emergentes de una situación de peligro nacional extremo. Se cierran los ojos ante la evidencia de un imperialismo internacional del dinero que nos está arrollando; de un imperialismo ideológico del materialismo ateo que confunde la mente v envenena el corazón; de una pavorosa corrupción de las costumbres e instituciones básicas por obra de la propaganda y del espectáculo público; y de una guerra subversiva desencadenada por el Comunismo mundial, en pleno auge y que emplea con eficacia creciente todas las formas del Terror. Se cierran los ojos ante estas evidencias y se insiste en el diálogo y en la integración con hombres accesibles de los diversos partidos populistas, como un sucedáneo de la democracia en suspenso, mientras se prepara la salida electoral en un plazo que no soporta la impaciencia de sus beneficiarios. Se trata de la entrega democrática de la Patria al Comunismo ateo por medio de elecciones libres; no será a la sombra de la Unión Popular como en Chile, pero sí del peronismo y del radicalismo concertados en la Hora del Pueblo. Un Gobierno militar que no se decide a enfrentar la violencia subversiva del Comunismo se dispone a entregarle pacíficamente el Poder. Vamos a examinar a continuación las fuerzas financieras e ideológicas que nos están destruyendo y que no se quieren ver en su gravedad y magnitud reales:
1. El sometimiento de la economía nacional v la mediatización de los poderes públicos —Gobierno, Administración, Justicia— por el Imperialismo Internacional del Dinero. Es el régimen de la usura y del lucro sin límites, regulando la moneda, la producción y el consumo, la comercialización interna y externa de los productos nacionales, la administración del crédito, la transferencia y vaciamiento de empresas, la evasión de divisas y el contrabando, etcétera.
2. La corrupción de las costumbres por obra de los medios de difusión y los espectáculos públicos que acosa a la población. Se sumerge a la infancia y a la juventud en una turbia atmósfera pansexualista que la estraga y exaspera. Uno de sus frutos de muerte es la legión de hippies con su rebeldía estéril, su extravagancia y abandono, su libertad sexual sin vanos escrúpulos, su horror al esfuerzo y la disciplina, su vulgaridad y presunción inagotables. Están contra todo, pero para nada. Hay otra juventud rebelde y urgida por la justicia social que se deja seducir fácilmente por las ilusorias promesas del Comunismo ateo. Su opción es la violencia y la destrucción, necesarias para instaurar la fraternidad universal. Pretenden llegar al triunfo del amor entre los hombres por medio del odio y del resentimiento sin límites; llegar a la plenitud humana por los medios más inhumanos. En verdad, es una forma de nihilismo sistemático camuflado de mesianismo terrenal. El nihilismo hippy es una forma de desintegración por abandono, indiferencia y disipación.
3. La perversión por el materialismo dialéctico de la Doctrina de Cristo y de su Iglesia hasta su desacralización total. Se presenta al Divino Redentor en la figura de un reformador socialista a través de la alienación del pecado y de la culpa: el mal que no tiene su raíz en el alma ni es originalmente una desobediencia de la criatura al Creador; se lo erradica del hombre interior y se lo hace surgir de una actitud del hombre respecto de los bienes materiales y de la relación social consiguiente a dicha actitud: "El primero que habiendo cercado un terreno descubrió la manera de decir: esto me pertenece, y halló gentes bastantes sencillas para creerle, fue el verdadero fundador de la Sociedad Civil. Qué de crímenes, de guerras, de asesinatos, de miserias y horrores no hubiese ahorrado al género humano el que, arrancando las estacas o llenando la zanja, hubiera gritado a sus semejantes: guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos pertenecen a todos y que, la tierra no es de nadie" 1. Quiere decir que el Pecado Original no surgió en el interior del hombre y de una cuestión teológica o religiosa (relación del hombre con Dios), sino en lo exterior y de una cuestión económico social (relación del hombre con el hombre). De donde resulta que el Pecado Original es la institución de la Propiedad Privada. Es la posición de Rousseau y de Marx. Si el planteo es correcto y todos los males sociales proceden de la institución y desarrollo de la Propiedad Privada, la solución y superación de dichos males se logrará con su abolición y la implantación del Socialismo o Colectivismo esto es, la solución consiste en una reforma social que pueden y deben obrar los hombres, así como el origen del mal fue una cuestión estrictamente humana. El Manifiesto Comunista de Marx y Engels es el Evangelio verdadero; la Revolución Comunista de Lenin, Tito, Mao, Castro y Allende es la ejecución práctica del evangelio marxista.
1 Rousseau, DISCURSO SOBRE EL ORIGEN DE LA DESIGUALDAD ENTRE tos HOMBRES, Parte Segunda.
 ¿Y qué pasa con Nuestro Señor Jesucristo, qué es la Encarnación y la Redención en la Cruz, qué son los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Cartas paulinas y las otras, el Apocalipsis? .Una gran impostura, la mayor impostura de la Historia Universal, a menos que nos empeñemos en una interpretación demasiado humana de la Persona, de la Palabra y del Testimonio de Cristo; tan humana que dejemos de lado lo divino, lo sobrenatural, la interioridad del Pecado y la naturaleza herida, la necesidad de la •Gracia y la Encarnación del Verbo de Dios, el Sacrificio de la Cruz para la Redención que devuelve al hombre a la unidad con Dios y la vida eterna. Hay que eliminar todo lo que hace de la Religión "el opio del pueblo". Cristo no vino para servir a todos los hombres de ayer, de hoy y de mañana, a todos los pecadores, vino para los pobres de pecunia, para los proletarios, es decir, paira la clase más numerosa, la única que se justifica y se salva. Los ricos están excluidos y condenados por ser ricos. En rigor, el mesianismo cristiano, si bien culmina en la eternidad, tiene una etapa previa y necesaria que es la felicidad terrenal./de la humanidad futura. La de ayer pasó y quedó definitivamente atrás. La de hoy tiene que aguantar el infierno en que se está convirtiendo la tierra, sostenida por la esperanza de lo que van a gozar las generaciones venideras bajo el régimen socialista •o comunista que fue la verdadera promesa de Cristo. Si ustedes insisten, también nos aguarda el Reino de los Cielos; pero eso es para después. Mientras haya menesterosos, hambrientos, marginados, no es oportuno hablar de la salvación de las almas, ni del pecado, ni del Infierno, ni del cielo. Claro está que Nuestro Señor Jesucristo insistió en hablar del pan del cielo antes que del pan de la tierra. Fue una grave imprudencia y por esto es que el Cristianismo en veinte siglos no logró tantos adeptos como el Comunismo marxista en apenas cien años?. Ahora el movimiento de sacerdotes para el Tercer Mundo está poniendo remedio a dicho error. Resuelve la Teología Sagrada en una sociología científica y en un vasto programa de socialización de la riqueza, de la producción y distribución de los bienes materiales y culturales. No sorprende que en esta promoción evangélica del Socialismo, el cardenal Silva Henríquez, arzobispo de Santiago de Chile, haya celebrado la Santa Misa y cantado un Te Deum en acción de gracias por el ascenso al Gobierno del comunista, ateo y masón doctor Allende. No sorprende que haya ordenado a continuación el estudio de la ideología marxista en los seminarios y círculos eclesiásticos en procura de los puntos de contacto con la Doctrina de Cristo. Quisiéramos estar equivocados, pero tenemos la obligación inexcusable de denunciar la inspiración diabólica de estos lamentables intentos efe acomodar a Cristo con el Anticristo, a la Verdad con la Mentira, al Amor de Dios con el resentimiento nihilista. Hace poco más de 30 años, el Papa Pío XI calificó al Comunismo marxista como "doctrina intrínsecamente perversa". Y ahora un cardenal arzobispo, primado de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana en Chile se empeña en una sucia y despreciable componenda. Nos avergüenza este sesgo clasista, demagógico v oportunista que se pretende imprimir al apostolado de la Iglesia de Cristo; esta adulación de las masas y la idolatría del éxito temporal. No juzgamos las intenciones, sino los hechos objetivos y los resultados concretos: los sacerdotes para el Tercer Mundo están en la vanguardia de la Subversión Comunista. 4. La mentalidad marxista o promarxista de la clase dirigente por obra de la Reforma Universitaria de 1918. Son más de 50 años de acción continuada sobre las sucesivas generaciones argentinas y de Latinoamérica. La mentalidad de los profesionales, magistrados y educadores, salvo las excepciones que confirman la regla, está disminuida para las verdades trascendentales y esenciales; es una mentalidad sin teología ni metafísica, reducida a la conciencia externa, vulgar y pragmática. Destituida del sentido del ser, todo lo ve en función del devenir, del proceso, del cambio, en una perspectiva de sucesivos desplazamientos; subvierte el orden de las causas, dándole la primacía a la más ínfima y subalterna, que es la causa material. Desconoce el arte de la definición y la jerarquía en el orden de los fines. En los niveles más relevantes se manifiestan los hábitos del cálculo y experimentación de investigación científica v de habilidades técnicas. Esto nos explica que la política no se entienda como sabiduría ni se practique como una prudencia. Es una habilidad más y se ejerce como función administrativa y tecnológica, en base a planificaciones, encuestas, estadísticas y organigramas. En cuanto a la mentalidad popular, está informada por el evolucionismo universal y una antropología zoológica, radicalmente subversiva puesto que lo hacen venir todo de lo más bajo e inferior, por un proceso gradual, ciego y sin sentido. La educación común, pública y privada, así como la cultura que se propaga por todos los medios de difusión, se inspira en una visión exclusiva del hombre como animal súper evolucionado; y en la Historia, como la trayectoria del dominio instrumental sobre el universo exterior. Sobre el fondo de ese evolucionismo materialista, rastrero e igualitario, se levanta la conciencia marxista de clases, la lucha de clases y el mesianismo del reino temporal de los pobres, o sea la humanidad feliz de la promesa comunista. Es la corriente ideológica dominante hasta en la Iglesia de Cristo, como declara complacido el actual primer mandatario chileno en una entrevista del NEW YORK TIMES: "Durante siglos, la Iglesia Católica defendió los intereses de los poderosos. Después de Juan XXIII se orienta para transformar el Evangelio de Cristo en realidad, por lo menos en algunos lugares". El publicitado sacerdote argentino Padre Mujica proclama con íntima convicción que "El MANIFIESTO COMUNISTA de Marx y Engels no hace más que parafrasear Los EVANGELIOS de Cristo". Ni el evolucionismo acristianado de Teilhard de Chardin ni la adulación populista de los sacerdotes para el Tercer Mundo pueden servir para llevar a Cristo a las masas urbanas alienadas en un ateísmo de indiferencia y en la vida banal. Tampoco estimulan la religiosidad de la juventud la música beat, ni la misa criolla en los templos. No pretendemos condenar dichas innovaciones, pero cada cosa tiene su lugar propio. 5. La Subversión interna que se viene desarrollando y generalizando desde hace tres años, a favor de la penetración ideológica del marxismo en el pueblo, sobre todo en la juventud universitaria y en la masa proletaria y burocrática de las grandes urbes que acabamos de detallar. Por otra parte, la infiltración de la dialéctica marxista en la Iglesia de Cristo y la ausencia de una doctrina de la Verdad, del Sacrificio y de la Jerarquía en las FF. AA., reducidas a un profesionalismo estéril, van debilitando y anulando las fuerzas de resistencia. Todavía nos queda por sumar a las condiciones de la Subversión nacional la pudrición moral en las costumbres e instituciones básicas como ya hemos denunciado. La Subversión nacional alentada espiritualmente por sacerdotes para el Tercer Mundo en una juventud impaciente por la Justicia Social a cualquier precio, ha alcanzado su etapa decisiva. Su ideología, sean cuales fueren las motivaciones circunstanciales, es el Comunismo ateo y apátrida. aunque aparezca detrás de la Cruz y de la Bandera de Belgrano. Sus objetivos son los de Lenin, Mao, Castro y Allende, aunque los ídolos invocados sean Perón y Evita. La Subversión nacional es indivisible de la que está, arrollando al Continente y al mundo entero. Sólo un cómplice o un imbécil puede argüir que es cristiana y argentina. El gobierno paralelo actúa con la más férrea unidad de acción; dispone de un ejército de guerrilleros urbanos, cuyo Estado Mayor cabe suponer integran soldados profesionales marginados o universitarios altamente adiestrados. Sus comandos son estudiantes o egresados de las Universidades oficiales y privadas, verdaderos viveros del Comunismo dirigente. Lo más grave es que fubistas, peronistas y humanistas coinciden en la acción subversiva. La tropa se recluta en la masa obrera y burocrática, cuyos principales gremios están comprometidos en la conducción marxista. De acuerdo con la consigna de Lenin, el Comunismo está allí donde está la masa; esto nos explica el hecho de que la acción comunista aprovecha ampliamente al peronismo de las bases, incluso al campesinado proletario de las provincias norteñas que se va agrupando en ligas agrarias con aparente signo cristiano. En la primera quincena de febrero de 1971, se ha reunido en Rosario el Congreso de UPARA (Unión, de Productores Agropecuarios de la República Argentina), cuyas orientaciones ideológicas y programa de lucha lo sitúan en la línea de la Subversión nacional. La colaboración más eficaz al avance de la Guerra Revolucionaria es la que brinda el propio Gobierno de la Nación, cubriendo ministerios, gobernaciones y magistraturas con militantes conocidos del peronismo y del radicalismo que se prestan para integrar el elenco oficial. Es fácil comprender que hombres de mentalidad populista e izquierdista no quieren ni pueden empeñarse •demasiado en enfrentar a los agentes de la subversión Tan próximos a sus propias convicciones y entusiasmos. Por otra parte, son los que más contribuyen al desconocimiento oficial de la magnitud y gravedad alcanzadas por la acción subversiva, demorando las medidas radicales que urgen cada día" más, sobre todo, después del triunfo democrático del Comunismo en Chile. 6. El peligro que comporta Chile Comunista para nuestro futuro inmediato merece una consideración especial. Ningún argentino honesto y preocupado por el destino de la Patria puede dejar de pensar en este problema crucial que viene a sumarse a los otros factores que definen una situación de peligro nacional extremo. La región patagónica montañosa que se extiende de norte a sud abarca un millón de kilómetros cuadrados. Es un inmenso desierto y la insignificante población existente no es argentina, sino chilena o boliviana. El 70 % de los pobladores patagónicos son chilenos y muchos latifundios son de propiedad chilena a lino y otro lado de la frontera, hasta en la provincia de San Juan. El texto original de la ley de creación de la Gendarmería preveía la vigilancia y también la colonización de la zona fronteriza, en base a la distribución de tierras entre los gendarmes para el desarrollo de economías familiares. Pero nada se ha hecho en el sentido de arraigar población argentina en la frontera patagónica. Medítese en lo que va a significar para nuestra Seguridad la presión del Poder Comunista Mundial, a medida que se vaya consolidando el régimen en el vecino país; esto aparte de la instrumentación dialéctica de las aspiraciones chilenas sobre nuestra Patagonia, cuyo territorio ocupan pobladores pacíficos en tan elevado porcentaje. Sabemos que existe clara conciencia de este problema y las medidas militares que están en curso de ejecución; pero la Seguridad no se resuelve exclusivamente en lo militar, aunque sea lo primero y principal. Urge la nacionalización de la Patagonia y de la extensa franja montañosa al este de la Cordillera de los Andes. Hay que poblar con argentinos ese inmenso desierto. Hay que iniciar la colonización y el arraigo al terruño de familias, mejor si se trata de soldados, de gendarmes. Hay que trasladar los lavaderos de lana v la industrialización de la lana y de la carne ovina, con el personal de técnicos y obreros a las zonas de producción, previa edificación de las residencias familiares y de las plantas fabriles. Entre tanto, los responsables de la Seguridad deben encarar urgentemente una cuestión delicada en extremo y que puede llegar a comprometer el frente interno por sí sola. Se trata de la política de amistad desbordante, de intercambio en orden a la cultura y en particular a las expresiones folklóricas y recreativas, que ha iniciado el Gobierno Comunista de Chile hacia la Argentina. Se han realizado y multiplicado en ciudades de las provincias patagónicas —Neuquén, Chubut, Santa Cruz— los primeros festivales folklóreos argentino-chilenos, apenas iniciado el gobierno del doctor Allende. El director de Turismo de Chile ha visitado a sus colegas de Mendoza y San Juan en procura de facilitar e intensificar el intercambio turístico entre ambos países. Grupos de estudiantes universitarios argentinos han viajado a Chile para trabajar gratuitamente en obras sociales y se esperan contingentes estudiantiles del país hermano para tareas análogas. Hasta el coro polifónico de Valdivia, donde ya actúan grupos guerrilleros oficiales, se prodigó generosamente en los festivales organizados en San Martín y en Junín de los Andes, los días 8 y 9 de enero de 1971 respectivamente. Tan sólo un cómplice o un imbécil pueden no advertir el significado de esta expresión de una fraternidad abrumadora que se concierta con una corriente sentimental de chilismo en los medios estudiantiles y proletarios argentinos, incluso en las FF. AA. Estimamos que es sumamente peligrosa esta impregnación afectiva de chilismo, puesto que puede llegar a comprometer gravemente la unidad y la consistencia del Frente interno nacional, en caso de tener que asumir un conflicto. La hermandad y la comprensión hábilmente promovidas irán facilitando la aceptación de la instauración del régimen comunista, sin apercibirnos siquiera de las violencias y despojos consumados contra innumerables chilenos inermes e indefensos. Y la actitud ulterior y final de muchos argentinos, universitarios y trabajadores, sacerdotes y militares, puede ser una tendencia a reconocer que nuestra Patagonia es, al fin y al cabo, un espacio vital para los chilenos y que la colectivización de la tierra borra las fronteras, las cuales son una pura convención y un prejuicio burgués, incompatibles con la nueva conciencia de los pueblos. Invitamos a nuestros lectores a la atención sobre estos factores ideológicos que comprometen gravemente el futuro inmediato de nuestra Patria. Estamos convencidos de que ningún argentino honesto y preocupado a la vista de lo que está ocurriendo en el país pueda restarle objetividad a nuestros juicios o acusarnos de alarmistas. Es nuestro deber alertar a los compatriotas para que despierten a la conciencia del peligro mortal que amenaza a la Patria. Todos aquellos que ven y miden la gravedad de la situación, se harán la pregunta: —¿Qué hacer?
La única respuesta que estimamos prudente y todavía factible de realizar es:
1. Implantar de inmediato un Estado Militar y una política de guerra para enfrentar la Subversión interna. 2. Adoctrinar a las FF. AA. en una conciencia lúcida y en el entusiasmo de su misión política. 3. Movilizar a la población entera para la Guerra Contrarrevolucionaria. 4. Liberar a la Nación de la servidumbre al Poder Internacional del Dinero y poner la economía al servicio del hombre y del Bien Común. 5. Instaurarlo todo en Cristo; esto es restablecer las jerarquías naturales en las instituciones y fundar la Justicia de la Nación en la caridad de Dios.
Se comprende que el Estado Militar es una solución de emergencia, pero impostergable. No estamos en paz, sino en medio de una implacable guerra continental y nacional. La subversión está en las almas y en las instituciones, basta en nuestra Santa Iglesia; el enemigo nos rodea y está adentro. El Terror físico, financiero y psicológico golpea en forma constante y amplía su radio de acción cada día. La guerra se combate de veras con la guerra y con los medios adecuados para superar al enemigo. No se trata de un adversario sino del enemigo del género humano que es el Anticristo. La guerra que debemos hacer es para instaurar la Paz de Cristo. La Argentina oficial practica la coexistencia pacífica con la Guerra Subversiva que ha desencadenado el Comunismo ateo. Es la reacción del miedo ante el enemigo que nos ataca sin tregua y en una escalada del terror. Los responsables de la conducción política no reconocen, ni están dispuestos a reconocer, que estamos en guerra; necesitan seguir manteniendo la imagen de un país estable, seguro, próspero, a cualquier precio y sean cuales fueren las consecuencias de semejante engaño. Es como si dijeran: "aquí no pasa nada que pueda inquietar ni comprometer un futuro feliz; la política y la justicia ordinaria se bastan para asegurar el orden. Se cumplirá el plazo político de la Revolución Argentina que finalizará con elecciones libres en un plazo de cuatro o cinco años". Ahora será en dos años, bajo la Presidencia del teniente general Lanusse. Cuesta creerlo, pero el actual Gobierno continúa su gestión conversadora y su integración peronista, a pesar de los asesinatos y del desarme diario de policías, de los atracos de bancos, de oficinas de correos, registros, sanatorios, armerías, camiones con explosivos o artículos de consumo; a pesar de las bombas, de los sabotajes y de los atentados contra personas y bienes, a pesar de los ataques a guardias militares, de la agitación estudiantil con cualquier pretexto y de la agitación obrera. A pesar de todas estas evidencias de un terror organizado e implacable que nos está arrollando, hay que seguir con el régimen demoliberal y con la anarquía institucionalizada, porque así lo exige el Poder Internacional del Dinero que explota a la Nación, financia la Guerra Subversiva y no permite una reacción adecuada. Dos declaraciones sintomáticas en este mes de junio permiten anticipar lo que nos espera si nos atenemos a una perspectiva demasiado humana: la primera es el anuncio oficial del primer magistrado acerca de que se entregará el Gobierno a un frente izquierdista si triunfa en las futuras elecciones,/ ajustándose a las reglas del juego político. "No- hay problema —ha reiterado el presidente de la Nación—-, si los izquierdistas son argentinos". Conviene recordar que desde hace 25 años los marxistas enarbolan en todas partes las banderas nacionales. Castro es comunista cubano y Allende comunista chileno; pero el Comunismo es uno y el mismo, ateo y apátrida, así marche detrás de la Cruz y de la Bandera. Quiere decir que la decisión oficial es transitar el camino a Chile. Por otra parte, el conocido dirigente gremial señor Taccone ha declarado que a los obreros no les interesa la participación activa en el gobierno empresario sino la toma del Poder, todo el Poder lisa y llanamente, o sea, la Dictadura del Proletariado. No hay duda de que se ha hablado con claridad. El futuro de la República se configura ya sea por la vía democrática, ya sea por la vía subversiva, en la servidumbre irremediable al Comunismo —las intenciones no cuentan en política, tan sólo cuentan los resultados—. La verdad es que no se hace nada o casi nada para liberar al país de la servidumbre de la Usura Internacional, ni para combatir en serio a la Subversión interna. El deterioro constante de la autoridad del Estado, la inoperancia del Derecho penal y procesal vigentes, la desmovilización ética de las Fuerzas de Seguridad, la actitud especiante y a la defensa de las FF. AA., documentan la falta de una voluntad dispuesta a resistir y una disposición conformista y claudicante. Nos estamos acercando rápidamente al borde del abismo v no hay signos de reacción, pero hemos llegado al límite y el tiempo apremia. Hasta los más prevenidos contra los excesos de la autoridad se aterran ante la anarquía, la inseguridad y la inquietud que van configurando el caos. Se siente la necesidad perentoria de una mano fuerte y vigorosa que empuñe el timón de esta nave a la deriva, sin control y sacudida cada vez con mayor violencia por el oleaje subversivo. Sean cuales fueren las medidas que se ensayen dentro del régimen demoliberal, así como los acuerdos retóricos de los políticos fracasados, ésta no es la hora del pueblo, sino de un Estado Militar y de una movilización militar de la población entera para la Guerra Contrarrevolucionaria. Todavía hay tiempo para que todos los argentinos y extranjeros honestos acudan al llamado de las Armas en esta hora de peligro nacional. Si las FF. AA. no se alistan para asumir su responsabilidad, que es decisiva y apremiante, seremos arrasados por la Guerra Revolucionaria que gana terreno en la población cada día y opera impunemente a favor de un Estado inerme e inerte. Y habremos merecido la derrota v la servidumbre bajo el Terror sistemático del Comunismo ateo que nos aguarda a un plazo brevísimo, si Dios no arrebata a un puñado de soldados basta la altura de la Verdad, del Sacrificio y de la Jerarquía para reconstruir a la Patria en Cristo.