Introducción a la tercera edición
I. LA SITUACION ACTUAL
Los agitados comienzos
del año 1971 encuentran a la Argentina oficial empeñada en mantener a todo
trance la imagen de un país estable, seguro, optimista, marchando alegremente
hacia un futuro de grandeza. Algunas medidas correctas pero limitadas a los
magros saldos de una riqueza nacional enajenada, más el difundido slogan
"compre nacional" no han conseguido atenuar siquiera la desproporción
entre los ingresos y el alza galopante de los precios; esto, aparte de la
constante disminución del producto bruto nacional y ,el aumento creciente de
los quebrantos económicos, no contribuye a prestigiar esa imagen oficial de una
Argentina feliz. Lo grave es que la persistencia en esa falsa imagen sólo sirve
para distraer la atención pública y justificar aparentemente la inoperancia de
los responsables. La verdad es que no se ve la realidad porque no se quiere
ver, para no tener que asumir las responsabilidades emergentes de una situación
de peligro nacional extremo. Se cierran los ojos ante la evidencia de un
imperialismo internacional del dinero que nos está arrollando; de un
imperialismo ideológico del materialismo ateo que confunde la mente v envenena
el corazón; de una pavorosa corrupción de las costumbres e instituciones
básicas por obra de la propaganda y del espectáculo público; y de una guerra
subversiva desencadenada por el Comunismo mundial, en pleno auge y que emplea
con eficacia creciente todas las formas del Terror. Se cierran los ojos ante
estas evidencias y se insiste en el diálogo y en la integración con hombres
accesibles de los diversos partidos populistas, como un sucedáneo de la
democracia en suspenso, mientras se prepara la salida electoral en un plazo que
no soporta la impaciencia de sus beneficiarios. Se trata de la entrega democrática
de la Patria al Comunismo ateo por medio de elecciones libres; no será a la
sombra de la Unión Popular como en Chile, pero sí del peronismo y del
radicalismo concertados en la Hora del Pueblo. Un Gobierno militar que no se
decide a enfrentar la violencia subversiva del Comunismo se dispone a
entregarle pacíficamente el Poder. Vamos a examinar a continuación las fuerzas
financieras e ideológicas que nos están destruyendo y que no se quieren ver en
su gravedad y magnitud reales:
1. El sometimiento de
la economía nacional v la mediatización de los poderes públicos —Gobierno,
Administración, Justicia— por el Imperialismo Internacional del Dinero. Es el
régimen de la usura y del lucro sin límites, regulando la moneda, la producción
y el consumo, la comercialización interna y externa de los productos
nacionales, la administración del crédito, la transferencia y vaciamiento de
empresas, la evasión de divisas y el contrabando, etcétera.
2. La corrupción de
las costumbres por obra de los medios de difusión y los espectáculos públicos
que acosa a la población. Se sumerge a la infancia y a la juventud en una
turbia atmósfera pansexualista que la estraga y exaspera. Uno de sus frutos de
muerte es la legión de hippies con su rebeldía estéril, su extravagancia y
abandono, su libertad sexual sin vanos escrúpulos, su horror al esfuerzo y la
disciplina, su vulgaridad y presunción inagotables. Están contra todo, pero
para nada. Hay otra juventud rebelde y urgida por la justicia social que se
deja seducir fácilmente por las ilusorias promesas del Comunismo ateo. Su
opción es la violencia y la destrucción, necesarias para instaurar la
fraternidad universal. Pretenden llegar al triunfo del amor entre los hombres
por medio del odio y del resentimiento sin límites; llegar a la plenitud humana
por los medios más inhumanos. En verdad, es una forma de nihilismo sistemático
camuflado de mesianismo terrenal. El nihilismo hippy es una forma de
desintegración por abandono, indiferencia y disipación.
3. La perversión por
el materialismo dialéctico de la Doctrina de Cristo y de su Iglesia hasta su
desacralización total. Se presenta al Divino Redentor en la figura de un
reformador socialista a través de la alienación del pecado y de la culpa: el
mal que no tiene su raíz en el alma ni es originalmente una desobediencia de la
criatura al Creador; se lo erradica del hombre interior y se lo hace surgir de
una actitud del hombre respecto de los bienes materiales y de la relación
social consiguiente a dicha actitud: "El primero que habiendo cercado un
terreno descubrió la manera de decir: esto me pertenece, y halló gentes
bastantes sencillas para creerle, fue el verdadero fundador de la Sociedad
Civil. Qué de crímenes, de guerras, de asesinatos, de miserias y horrores no
hubiese ahorrado al género humano el que, arrancando las estacas o llenando la
zanja, hubiera gritado a sus semejantes: guardaos de escuchar a este impostor;
estáis perdidos si olvidáis que los frutos pertenecen a todos y que, la tierra
no es de nadie" 1. Quiere decir que el Pecado Original no surgió en el
interior del hombre y de una cuestión teológica o religiosa (relación del
hombre con Dios), sino en lo exterior y de una cuestión económico social
(relación del hombre con el hombre). De donde resulta que el Pecado Original es
la institución de la Propiedad Privada. Es la posición de Rousseau y de Marx.
Si el planteo es correcto y todos los males sociales proceden de la institución
y desarrollo de la Propiedad Privada, la solución y superación de dichos males
se logrará con su abolición y la implantación del Socialismo o Colectivismo esto
es, la solución consiste en una reforma social que pueden y deben obrar los
hombres, así como el origen del mal fue una cuestión estrictamente humana. El
Manifiesto Comunista de Marx y Engels es el Evangelio verdadero; la Revolución
Comunista de Lenin, Tito, Mao, Castro y Allende es la ejecución práctica del
evangelio marxista.
1 Rousseau, DISCURSO SOBRE EL ORIGEN
DE LA DESIGUALDAD ENTRE tos HOMBRES, Parte Segunda.
¿Y qué pasa con Nuestro Señor Jesucristo, qué
es la Encarnación y la Redención en la Cruz, qué son los Evangelios, los Hechos
de los Apóstoles, las Cartas paulinas y las otras, el Apocalipsis? .Una gran
impostura, la mayor impostura de la Historia Universal, a menos que nos empeñemos
en una interpretación demasiado humana de la Persona, de la Palabra y del
Testimonio de Cristo; tan humana que dejemos de lado lo divino, lo
sobrenatural, la interioridad del Pecado y la naturaleza herida, la necesidad
de la •Gracia y la Encarnación del Verbo de Dios, el Sacrificio de la Cruz para
la Redención que devuelve al hombre a la unidad con Dios y la vida eterna. Hay
que eliminar todo lo que hace de la Religión "el opio del pueblo".
Cristo no vino para servir a todos los hombres de ayer, de hoy y de mañana, a
todos los pecadores, vino para los pobres de pecunia, para los proletarios, es
decir, paira la clase más numerosa, la única que se justifica y se salva. Los
ricos están excluidos y condenados por ser ricos. En rigor, el mesianismo
cristiano, si bien culmina en la eternidad, tiene una etapa previa y necesaria
que es la felicidad terrenal./de la humanidad futura. La de ayer pasó y quedó
definitivamente atrás. La de hoy tiene que aguantar el infierno en que se está
convirtiendo la tierra, sostenida por la esperanza de lo que van a gozar las
generaciones venideras bajo el régimen socialista •o comunista que fue la
verdadera promesa de Cristo. Si ustedes insisten, también nos aguarda el Reino
de los Cielos; pero eso es para después. Mientras haya menesterosos,
hambrientos, marginados, no es oportuno hablar de la salvación de las almas, ni
del pecado, ni del Infierno, ni del cielo. Claro está que Nuestro Señor
Jesucristo insistió en hablar del pan del cielo antes que del pan de la tierra.
Fue una grave imprudencia y por esto es que el Cristianismo en veinte siglos no
logró tantos adeptos como el Comunismo marxista en apenas cien años?. Ahora el
movimiento de sacerdotes para el Tercer Mundo está poniendo remedio a dicho
error. Resuelve la Teología Sagrada en una sociología científica y en un vasto
programa de socialización de la riqueza, de la producción y distribución de los
bienes materiales y culturales. No sorprende que en esta promoción evangélica
del Socialismo, el cardenal Silva Henríquez, arzobispo de Santiago de Chile,
haya celebrado la Santa Misa y cantado un Te Deum en acción de gracias por el
ascenso al Gobierno del comunista, ateo y masón doctor Allende. No sorprende
que haya ordenado a continuación el estudio de la ideología marxista en los seminarios
y círculos eclesiásticos en procura de los puntos de contacto con la Doctrina
de Cristo. Quisiéramos estar equivocados, pero tenemos la obligación
inexcusable de denunciar la inspiración diabólica de estos lamentables intentos
efe acomodar a Cristo con el Anticristo, a la Verdad con la Mentira, al Amor de
Dios con el resentimiento nihilista. Hace poco más de 30 años, el Papa Pío XI
calificó al Comunismo marxista como "doctrina intrínsecamente
perversa". Y ahora un cardenal arzobispo, primado de la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana en Chile se empeña en una sucia y despreciable componenda.
Nos avergüenza este sesgo clasista, demagógico v oportunista que se pretende
imprimir al apostolado de la Iglesia de Cristo; esta adulación de las masas y la
idolatría del éxito temporal. No juzgamos las intenciones, sino los hechos
objetivos y los resultados concretos: los sacerdotes para el Tercer Mundo están
en la vanguardia de la Subversión Comunista. 4. La mentalidad marxista o
promarxista de la clase dirigente por obra de la Reforma Universitaria de 1918.
Son más de 50 años de acción continuada sobre las sucesivas generaciones
argentinas y de Latinoamérica. La mentalidad de los profesionales, magistrados
y educadores, salvo las excepciones que confirman la regla, está disminuida
para las verdades trascendentales y esenciales; es una mentalidad sin teología
ni metafísica, reducida a la conciencia externa, vulgar y pragmática.
Destituida del sentido del ser, todo lo ve en función del devenir, del proceso,
del cambio, en una perspectiva de sucesivos desplazamientos; subvierte el orden
de las causas, dándole la primacía a la más ínfima y subalterna, que es la
causa material. Desconoce el arte de la definición y la jerarquía en el orden
de los fines. En los niveles más relevantes se manifiestan los hábitos del
cálculo y experimentación de investigación científica v de habilidades
técnicas. Esto nos explica que la política no se entienda como sabiduría ni se
practique como una prudencia. Es una habilidad más y se ejerce como función
administrativa y tecnológica, en base a planificaciones, encuestas,
estadísticas y organigramas. En cuanto a la mentalidad popular, está informada
por el evolucionismo universal y una antropología zoológica, radicalmente
subversiva puesto que lo hacen venir todo de lo más bajo e inferior, por un
proceso gradual, ciego y sin sentido. La educación común, pública y privada,
así como la cultura que se propaga por todos los medios de difusión, se inspira
en una visión exclusiva del hombre como animal súper evolucionado; y en la
Historia, como la trayectoria del dominio instrumental sobre el universo
exterior. Sobre el fondo de ese evolucionismo materialista, rastrero e
igualitario, se levanta la conciencia marxista de clases, la lucha de clases y
el mesianismo del reino temporal de los pobres, o sea la humanidad feliz de la
promesa comunista. Es la corriente ideológica dominante hasta en la Iglesia de
Cristo, como declara complacido el actual primer mandatario chileno en una
entrevista del NEW YORK TIMES: "Durante siglos, la Iglesia Católica
defendió los intereses de los poderosos. Después de Juan XXIII se orienta para
transformar el Evangelio de Cristo en realidad, por lo menos en algunos
lugares". El publicitado sacerdote argentino Padre Mujica proclama con
íntima convicción que "El MANIFIESTO COMUNISTA de Marx y Engels no hace
más que parafrasear Los EVANGELIOS de Cristo". Ni el evolucionismo
acristianado de Teilhard de Chardin ni la adulación populista de los sacerdotes
para el Tercer Mundo pueden servir para llevar a Cristo a las masas urbanas
alienadas en un ateísmo de indiferencia y en la vida banal. Tampoco estimulan
la religiosidad de la juventud la música beat, ni la misa criolla en los
templos. No pretendemos condenar dichas innovaciones, pero cada cosa tiene su
lugar propio. 5. La Subversión interna que se viene desarrollando y
generalizando desde hace tres años, a favor de la penetración ideológica del
marxismo en el pueblo, sobre todo en la juventud universitaria y en la masa
proletaria y burocrática de las grandes urbes que acabamos de detallar. Por
otra parte, la infiltración de la dialéctica marxista en la Iglesia de Cristo y
la ausencia de una doctrina de la Verdad, del Sacrificio y de la Jerarquía en
las FF. AA., reducidas a un profesionalismo estéril, van debilitando y anulando
las fuerzas de resistencia. Todavía nos queda por sumar a las condiciones de la
Subversión nacional la pudrición moral en las costumbres e instituciones
básicas como ya hemos denunciado. La Subversión nacional alentada
espiritualmente por sacerdotes para el Tercer Mundo en una juventud impaciente
por la Justicia Social a cualquier precio, ha alcanzado su etapa decisiva. Su
ideología, sean cuales fueren las motivaciones circunstanciales, es el
Comunismo ateo y apátrida. aunque aparezca detrás de la Cruz y de la Bandera de
Belgrano. Sus objetivos son los de Lenin, Mao, Castro y Allende, aunque los
ídolos invocados sean Perón y Evita. La Subversión nacional es indivisible de
la que está, arrollando al Continente y al mundo entero. Sólo un cómplice o un
imbécil puede argüir que es cristiana y argentina. El gobierno paralelo actúa
con la más férrea unidad de acción; dispone de un ejército de guerrilleros
urbanos, cuyo Estado Mayor cabe suponer integran soldados profesionales
marginados o universitarios altamente adiestrados. Sus comandos son estudiantes
o egresados de las Universidades oficiales y privadas, verdaderos viveros del
Comunismo dirigente. Lo más grave es que fubistas, peronistas y humanistas
coinciden en la acción subversiva. La tropa se recluta en la masa obrera y
burocrática, cuyos principales gremios están comprometidos en la conducción
marxista. De acuerdo con la consigna de Lenin, el Comunismo está allí donde
está la masa; esto nos explica el hecho de que la acción comunista aprovecha
ampliamente al peronismo de las bases, incluso al campesinado proletario de las
provincias norteñas que se va agrupando en ligas agrarias con aparente signo
cristiano. En la primera quincena de febrero de 1971, se ha reunido en Rosario
el Congreso de UPARA (Unión, de Productores Agropecuarios de la República
Argentina), cuyas orientaciones ideológicas y programa de lucha lo sitúan en la
línea de la Subversión nacional. La colaboración más eficaz al avance de la
Guerra Revolucionaria es la que brinda el propio Gobierno de la Nación,
cubriendo ministerios, gobernaciones y magistraturas con militantes conocidos
del peronismo y del radicalismo que se prestan para integrar el elenco oficial.
Es fácil comprender que hombres de mentalidad populista e izquierdista no
quieren ni pueden empeñarse •demasiado en enfrentar a los agentes de la
subversión Tan próximos a sus propias convicciones y entusiasmos. Por otra
parte, son los que más contribuyen al desconocimiento oficial de la magnitud y
gravedad alcanzadas por la acción subversiva, demorando las medidas radicales
que urgen cada día" más, sobre todo, después del triunfo democrático del
Comunismo en Chile. 6. El peligro que comporta Chile Comunista para nuestro
futuro inmediato merece una consideración especial. Ningún argentino honesto y
preocupado por el destino de la Patria puede dejar de pensar en este problema
crucial que viene a sumarse a los otros factores que definen una situación de
peligro nacional extremo. La región patagónica montañosa que se extiende de
norte a sud abarca un millón de kilómetros cuadrados. Es un inmenso desierto y
la insignificante población existente no es argentina, sino chilena o
boliviana. El 70 % de los pobladores patagónicos son chilenos y muchos latifundios
son de propiedad chilena a lino y otro lado de la frontera, hasta en la
provincia de San Juan. El texto original de la ley de creación de la
Gendarmería preveía la vigilancia y también la colonización de la zona
fronteriza, en base a la distribución de tierras entre los gendarmes para el
desarrollo de economías familiares. Pero nada se ha hecho en el sentido de
arraigar población argentina en la frontera patagónica. Medítese en lo que va a
significar para nuestra Seguridad la presión del Poder Comunista Mundial, a
medida que se vaya consolidando el régimen en el vecino país; esto aparte de la
instrumentación dialéctica de las aspiraciones chilenas sobre nuestra
Patagonia, cuyo territorio ocupan pobladores pacíficos en tan elevado
porcentaje. Sabemos que existe clara conciencia de este problema y las medidas
militares que están en curso de ejecución; pero la Seguridad no se resuelve
exclusivamente en lo militar, aunque sea lo primero y principal. Urge la
nacionalización de la Patagonia y de la extensa franja montañosa al este de la
Cordillera de los Andes. Hay que poblar con argentinos ese inmenso desierto.
Hay que iniciar la colonización y el arraigo al terruño de familias, mejor si
se trata de soldados, de gendarmes. Hay que trasladar los lavaderos de lana v
la industrialización de la lana y de la carne ovina, con el personal de
técnicos y obreros a las zonas de producción, previa edificación de las
residencias familiares y de las plantas fabriles. Entre tanto, los responsables
de la Seguridad deben encarar urgentemente una cuestión delicada en extremo y
que puede llegar a comprometer el frente interno por sí sola. Se trata de la
política de amistad desbordante, de intercambio en orden a la cultura y en
particular a las expresiones folklóricas y recreativas, que ha iniciado el
Gobierno Comunista de Chile hacia la Argentina. Se han realizado y multiplicado
en ciudades de las provincias patagónicas —Neuquén, Chubut, Santa Cruz— los
primeros festivales folklóreos argentino-chilenos, apenas iniciado el gobierno
del doctor Allende. El director de Turismo de Chile ha visitado a sus colegas
de Mendoza y San Juan en procura de facilitar e intensificar el intercambio
turístico entre ambos países. Grupos de estudiantes universitarios argentinos
han viajado a Chile para trabajar gratuitamente en obras sociales y se esperan
contingentes estudiantiles del país hermano para tareas análogas. Hasta el coro
polifónico de Valdivia, donde ya actúan grupos guerrilleros oficiales, se
prodigó generosamente en los festivales organizados en San Martín y en Junín de
los Andes, los días 8 y 9 de enero de 1971 respectivamente. Tan sólo un
cómplice o un imbécil pueden no advertir el significado de esta expresión de
una fraternidad abrumadora que se concierta con una corriente sentimental de
chilismo en los medios estudiantiles y proletarios argentinos, incluso en las
FF. AA. Estimamos que es sumamente peligrosa esta impregnación afectiva de
chilismo, puesto que puede llegar a comprometer gravemente la unidad y la
consistencia del Frente interno nacional, en caso de tener que asumir un
conflicto. La hermandad y la comprensión hábilmente promovidas irán facilitando
la aceptación de la instauración del régimen comunista, sin apercibirnos
siquiera de las violencias y despojos consumados contra innumerables chilenos
inermes e indefensos. Y la actitud ulterior y final de muchos argentinos,
universitarios y trabajadores, sacerdotes y militares, puede ser una tendencia
a reconocer que nuestra Patagonia es, al fin y al cabo, un espacio vital para
los chilenos y que la colectivización de la tierra borra las fronteras, las
cuales son una pura convención y un prejuicio burgués, incompatibles con la
nueva conciencia de los pueblos. Invitamos a nuestros lectores a la atención
sobre estos factores ideológicos que comprometen gravemente el futuro inmediato
de nuestra Patria. Estamos convencidos de que ningún argentino honesto y
preocupado a la vista de lo que está ocurriendo en el país pueda restarle
objetividad a nuestros juicios o acusarnos de alarmistas. Es nuestro deber
alertar a los compatriotas para que despierten a la conciencia del peligro
mortal que amenaza a la Patria. Todos aquellos que ven y miden la gravedad de
la situación, se harán la pregunta: —¿Qué hacer?
La única respuesta que
estimamos prudente y todavía factible de realizar es:
1. Implantar de
inmediato un Estado Militar y una política de guerra para enfrentar la
Subversión interna. 2. Adoctrinar a las FF. AA. en una conciencia lúcida y en
el entusiasmo de su misión política. 3. Movilizar a la población entera para la
Guerra Contrarrevolucionaria. 4. Liberar a la Nación de la servidumbre al Poder
Internacional del Dinero y poner la economía al servicio del hombre y del Bien
Común. 5. Instaurarlo todo en Cristo; esto es restablecer las jerarquías
naturales en las instituciones y fundar la Justicia de la Nación en la caridad
de Dios.
Se comprende que el
Estado Militar es una solución de emergencia, pero impostergable. No estamos en
paz, sino en medio de una implacable guerra continental y nacional. La
subversión está en las almas y en las instituciones, basta en nuestra Santa
Iglesia; el enemigo nos rodea y está adentro. El Terror físico, financiero y
psicológico golpea en forma constante y amplía su radio de acción cada día. La
guerra se combate de veras con la guerra y con los medios adecuados para
superar al enemigo. No se trata de un adversario sino del enemigo del género
humano que es el Anticristo. La guerra que debemos hacer es para instaurar la
Paz de Cristo. La Argentina oficial practica la coexistencia pacífica con la
Guerra Subversiva que ha desencadenado el Comunismo ateo. Es la reacción del
miedo ante el enemigo que nos ataca sin tregua y en una escalada del terror.
Los responsables de la conducción política no reconocen, ni están dispuestos a
reconocer, que estamos en guerra; necesitan seguir manteniendo la imagen de un
país estable, seguro, próspero, a cualquier precio y sean cuales fueren las
consecuencias de semejante engaño. Es como si dijeran: "aquí no pasa nada
que pueda inquietar ni comprometer un futuro feliz; la política y la justicia
ordinaria se bastan para asegurar el orden. Se cumplirá el plazo político de la
Revolución Argentina que finalizará con elecciones libres en un plazo de cuatro
o cinco años". Ahora será en dos años, bajo la Presidencia del teniente
general Lanusse. Cuesta creerlo, pero el actual Gobierno continúa su gestión
conversadora y su integración peronista, a pesar de los asesinatos y del
desarme diario de policías, de los atracos de bancos, de oficinas de correos,
registros, sanatorios, armerías, camiones con explosivos o artículos de
consumo; a pesar de las bombas, de los sabotajes y de los atentados contra
personas y bienes, a pesar de los ataques a guardias militares, de la agitación
estudiantil con cualquier pretexto y de la agitación obrera. A pesar de todas
estas evidencias de un terror organizado e implacable que nos está arrollando,
hay que seguir con el régimen demoliberal y con la anarquía institucionalizada,
porque así lo exige el Poder Internacional del Dinero que explota a la Nación,
financia la Guerra Subversiva y no permite una reacción adecuada. Dos
declaraciones sintomáticas en este mes de junio permiten anticipar lo que nos
espera si nos atenemos a una perspectiva demasiado humana: la primera es el
anuncio oficial del primer magistrado acerca de que se entregará el Gobierno a
un frente izquierdista si triunfa en las futuras elecciones,/ ajustándose a las
reglas del juego político. "No- hay problema —ha reiterado el presidente
de la Nación—-, si los izquierdistas son argentinos". Conviene recordar
que desde hace 25 años los marxistas enarbolan en todas partes las banderas
nacionales. Castro es comunista cubano y Allende comunista chileno; pero el
Comunismo es uno y el mismo, ateo y apátrida, así marche detrás de la Cruz y de
la Bandera. Quiere decir que la decisión oficial es transitar el camino a
Chile. Por otra parte, el conocido dirigente gremial señor Taccone ha declarado
que a los obreros no les interesa la participación activa en el gobierno
empresario sino la toma del Poder, todo el Poder lisa y llanamente, o sea, la
Dictadura del Proletariado. No hay duda de que se ha hablado con claridad. El
futuro de la República se configura ya sea por la vía democrática, ya sea por
la vía subversiva, en la servidumbre irremediable al Comunismo —las intenciones
no cuentan en política, tan sólo cuentan los resultados—. La verdad es que no
se hace nada o casi nada para liberar al país de la servidumbre de la Usura
Internacional, ni para combatir en serio a la Subversión interna. El deterioro
constante de la autoridad del Estado, la inoperancia del Derecho penal y
procesal vigentes, la desmovilización ética de las Fuerzas de Seguridad, la
actitud especiante y a la defensa de las FF. AA., documentan la falta de una
voluntad dispuesta a resistir y una disposición conformista y claudicante. Nos
estamos acercando rápidamente al borde del abismo v no hay signos de reacción,
pero hemos llegado al límite y el tiempo apremia. Hasta los más prevenidos
contra los excesos de la autoridad se aterran ante la anarquía, la inseguridad
y la inquietud que van configurando el caos. Se siente la necesidad perentoria
de una mano fuerte y vigorosa que empuñe el timón de esta nave a la deriva, sin
control y sacudida cada vez con mayor violencia por el oleaje subversivo. Sean
cuales fueren las medidas que se ensayen dentro del régimen demoliberal, así
como los acuerdos retóricos de los políticos fracasados, ésta no es la hora del
pueblo, sino de un Estado Militar y de una movilización militar de la población
entera para la Guerra Contrarrevolucionaria. Todavía hay tiempo para que todos
los argentinos y extranjeros honestos acudan al llamado de las Armas en esta
hora de peligro nacional. Si las FF. AA. no se alistan para asumir su
responsabilidad, que es decisiva y apremiante, seremos arrasados por la Guerra
Revolucionaria que gana terreno en la población cada día y opera impunemente a
favor de un Estado inerme e inerte. Y habremos merecido la derrota v la
servidumbre bajo el Terror sistemático del Comunismo ateo que nos aguarda a un
plazo brevísimo, si Dios no arrebata a un puñado de soldados basta la altura de
la Verdad, del Sacrificio y de la Jerarquía para reconstruir a la Patria en
Cristo.