jueves, 19 de diciembre de 2019

DOCTRINA POSITIVA:TEMA VIII- EDUCACION CRISTIANA Y NACIONAL Y +


DOCTRINA POSITIVA:
TEMA VIII
La Educación Cristiana y Nacional.
La Escuela y la Universidad al servicio de la Verdad y de la Patria.


La educación publica argentina en todos sus grados —primario, secundario y superior— debe ser Cristo céntrica, patriótica, tradicionalista y jerárquica: 1. Porque es la educación verdadera, completa y perfecta del ciudadano: "forma al hombre como debe ser y como debe comportarse en esta vida temporal para conseguir el fin último, la vida eterna" 70. 2. Porque es la mejor que responde a la Argentina real y a la íntegra tradición católica e hispánica de la Patria: "Católico es el origen, la raíz y la esencia del ser argentino" 71. 3. Porque el factor principal de la Escuela que educa para conocer, amar y servir a Dios y a la Patria es el maestro, el profesor, el director. El educador es el alma de la escuela y la Jerarquía natural en su orden: "El elemento más importante de la escuela católica es el maestro" 72. 4. Porque es preciso "desarrollar en el alma de los niños y de los jóvenes el espíritu jerárquico, que no niega a cada edad su propio desenvolvimiento para disipar así, en lo posible, esa atmósfera de independencia y de excesiva libertad que en nuestros días respira la juventud y que la llevaría a rechazar toda autoridad.73 70 Pío XI, DIVINI ILLIUS MAGISTRI. 71 Episcopado Nacional, PASTORAL SOBRE LA MASONERÍA. 72 Pío XII, CARTA DEL 5 DE ACOSTO DE 1957.. 5. Porque es la educación que reclama perentoriamente la Guerra Contrarrevolucionaria, el enfrentamiento eficaz del Comunismo y de sus aliados ideológicos, el laicismo masónico y la subversión marxista de la Universidad Nacional: ''el mal que se ha de combatir, considerado en su primera fuente es de naturaleza espiritual; y de esta fuente es de donde brotan por necesidad todas las monstruosidades del Comunismo. Combatirlo con medios puramente económicos y políticos es dejarse arrastrar por un error peligroso" li. Se trata, pues, de implantar una educación cristiana, nacional, jerarquizada, conforme con la exigencia de un patriotismo exagerado por el peligro mortal e inminente que significa la descomposición interna y el avance arrollador del Comunismo en la Patria. No es un nacionalismo egoísta, avaro, exclusivo, excluyente; el Vual no sería nada más que un principio liberal, dialéctico y disgregado. Es, por el contrario, la posición docente de un nacionalismo generoso, abierto, comprensivo y caritativo, puesto que se ordena a la universidad católica, a la trascendencia Cristo céntrica. Nacionalismo falso, vicioso, aberrante, es el de la parte usurpando el lugar del todo; es lo particular y relativo propuesto como si fuera lo universal y absoluto: el nacionalismo de la raza, de la clase, del partido, del club, de la secta o del Estado, al que Hegel deifica en su FILOSOFÍA «EL DERECHO y pretende que es "el ingreso de Dios en el mundo". La doctrina pontificia nos enseña que "la misión de educar toca, ante todo y sobre todo, a la Iglesia y a la Familia, por derecho divino y natural. .. y a la Sociedad Civil le corresponde, conforme a su fin propio, el Bien Común Temporal" 75 73 Pío XII, RADIOMEIVSAJE DEL 6 DE OCTUBRE DE 1948. 74 Pío XII. DI YIN; REDEMPTORIS. 75 Pío XI, DIVINUS ILLIÜS MAGISTER.. El Estado o Sociedad Civil tiene una doble función con «respecto a la educación: proteger y promover, sin absorber jamás ni a la familia ni al individuo; y sustituir a la familia en caso de ausencia, incapacidad manifiesta o probada indignidad de los padres. Es público y notorio en la Argentina de hoy el estado de disolución en que se encuentra la institución de la familia, tanto en el hecho como en el derecho. Hay todavía familias bien constituidas, verdaderos hogares como exige la crianza y la educación de los hijos; pero la nota característica e=, cada vez más, el desquicio y el desorden. Su consecuencia inevitable se acusa en la corrupción extrema de las costumbres públicas y en el relajamiento moral de la juventud —impudicia y libertad sexual, vagancia y vicios nefandos, promiscuidad y delincuencia. en aumento constante—, todo lo cual ablanda, pervierte y descompone a las fuerzas de la resistencia de la Nación y la prepara para la servidumbre más abyecta. El Estado restaurador debe suplir esa ausencia de la familia en el cumplimiento de la misión educativa: "remediarla con los medios idóneos, siempre en conformidad con los derechos naturales de la prole y los derechos sobrenaturales de la Iglesia" 76 Pío XI, DIVINI ILLIUS MAGISTRI. Esa intervención subsidiaria del Estado es tanto más necesaria y perentoria cuanto más se deja sentir la falta de una clase dirigente, moral e intelectualmente idónea para servir al bien de la Patria. Un siglo de liberalismo jurídico, de economía semicolonial, de absurda distribución demográfica, bajo la acción envilecedora del laicismo escolar, del enciclopedismo naturalista y del profesionalismo utilitario, completados por 45 años de Reforma Universitaria Marxista, nos ha convertido en una Babel de creencias, ideologías y costumbres. Desarraigado el criollo de la tierra y sus antiguas tradiciones, cosmos politizado el hijo de inmigrante, descristianizados uno y otro por el laicismo escolar y marxismo universitario, liemos dejado de ser un verdadero pueblo, organizado, disciplinado, jerarquizado. Lamentablemente hemos venido declinando hasta el nivel de la masa informe, anárquica y confusa, sin unidad espiritual ni ética. La falsificación masónica de la Historia Patria nos ha privado del sentido del ser, de una verdadera conciencia nacional que se afirma en continuidad solidaria con nuestros egregios orígenes católicos e hispánicos. Se comprende que el derecho, la educación y la economía de la nueva Argentina soberana, debieron plantearse y resolverse en identidad esencial con el espíritu de las viejas fundaciones españolas; lo cual no hubiera significado en absoluto excluir o rechazar ninguna de las prodigiosas conquistas del progreso científico y técnico. La voluntad de grandeza futura exige fidelidad a la pasada grandeza. Los hombres de la Organización Nacional con su mentalidad disminuida y subvertida por el liberalismo no entendieron esa grandeza y la despreciaron como una interminable noche de barbarie. Y s& empeñaron febrilmente en la separación' del picado histórico, de la tierra y de sus muertos; edificaron la nueva República sobre la supuesta legitimidad del hombre egoísta, divorciado de Dios y de sus prójimos, que comienza y termina en su interés individual. Así es como a la sombra de ese nuevo derecho del hombre egoísta, se consumaron las sucesivas violencias contra la Nación real y las exigencias del Bien Común, lo mismo en orden a la educación que en la economía y en la administración de la justicia. Alberdi postula una Constitución que tenga "el poder de las Hadas que construían palacios en una noche'' 77 Juan B. Alberdi, BASES, Capítulo XVIII... En lugar de edificar sobre las instituciones de la Tradición, se construyó en una noche, y en vista de un futuro imaginario, una República sin cimientos firmes, apoyada en vacías abstracciones. Este 'desencuentro entre el Estado de Derecho y la realidad nacional nos explica las ruinas acumuladas en un siglo de gobiernos oligárquicos o demagógicos. Son las instituciones liberales, anárquicas, subversivas, más todavía que los hombres, las que han impedido el desarrollo de uno de los países más extensos y pródigos en riquezas naturales, con una población europea en su mayor parte, que actualmente sobrepasa los veinte millones. Las instituciones han hecho posible la descristianización progresiva de las generaciones argentinas: Estado sin Cristo, la familia sin Cristo, la escuela sin Cristo, la Universidad sin Cristo, la economía y la banca sin Cristo, el capital y el trabajo sin Cristo. Una mentalidad dirigente sin sabiduría, ciega para las verdades esenciales y reducida al plano empírico de la habilidad; el auge y la impunidad de la especulación, la usura y la explotación plutocráticas; la lucha marxista de clases antagónicas, exasperada por un feroz resentimiento social en el proletariado. Tales son las características del deplorable cuadro de la Argentina actual. Hemos dejado de ser un verdadero pueblo. Y "masas sin Dios, a la larga, lio se dejan contener sino por el terror" 78 Pío XII.. Asumir la realidad tal cual es, saber que la Patria está gravemente enferma, es la primera exigencia de un ajustado planteo del problema educacional. La tarea más urgente debe ser la renovación del espíritu que informa la educación nacional y de la mentalidad de los educadores —maestros y profesores—, junto con la restauración del principio de autoridad en todos los grados de la enseñanza oficial. 1. La renovación espiritual se iniciará con la implantación de la enseñanza optativa de la Religión Católica, Apostólica y Romana, en todos los institutos oficiales de educación primaria, secundaria y superior. Y con la enseñanza obligatoria de la Moral Cristiana que debe llegar a informar las costumbres y usos de la vida civil.
Para que esa imprescindible e impostergable renovación espiritual del pueblo argentino pueda lograrse, la enseñanza y la práctica de la Religión deben integrarse con: 2. La renovación de la mentalidad de maestros y profesores en ejercicio se iniciará con la creación inmediata de la Escuela Superior del Magisterio y de la Escuela Superior del Profesorado Secundario, sobre el modelo de la que funcionó en Buenos Aires el año 1944 bajo la dependencia del Consejo Nacional de Educación. Deberán asistir y aprobar sus cursos de dos años el personal directivo —para permanecer en sus puestos— y el personal docente —para ocupar cargos directivos—. El plan de estudios en ambas escuelas tenderá a la renovación de la mente de los educadores, por medio del saber teológico y metafísico, del saber de salvación y del formativo. Se trata de la integración de las disciplinas humanistas —filosóficas, pedagógicas, históricas, el estudio de la lengua castellana— en el Cristo centrismo. La razón es que "no basta impartir la instrucción religiosa para que una escuela resulte conforme a los derechos de la Iglesia y de la familia cristiana. .. Para ello es necesario que toda la enseñanza y toda la organización de la escuela: maestros, programas, libros, en cada disciplina, estén imbuidos de espíritu cristiano bajo la vigilancia materna de la Iglesia, de suerte que la Religión sea verdaderamente fundamento y corona de toda instrucción, en todos los grados, no sólo en el elemental, sino también en el medio y superior" 79 Pío XI, DIVINI ILLIUS MAGISTRE.. Es imprescindible que la mente católica informe y oriente la enseñanza de todas las ciencias, virtudes y habilidades, incluso la educación estética y física de los niños y jóvenes argentinos. Sin mente católica en el docente, no hay educación católica, por más que se intensifique la instrucción y la práctica de la Religión.
3. El restablecimiento inmediato del principio de autoridad y de la jerarquía docente, con la supresión radical de toda injerencia estudiantil en el gobierno de las Universidades y Colegios Oficiales. Se comprende fácilmente lo que hay de subversivo en la aberración del "muchachismo", así como en toda forma de demagogia en la vida escolar. Esto no significa que el educando sea una parte pasiva e inerte; pero se encuentra dinámicamente subordinado al educador, como la potencia al acto. Esta subordinación va disminuyendo a medida que crece en el saber y el dominio de sí mismo.
Reiteramos que la tarea más urgente consiste en lograr esa renovación espiritual, mental y jerárquica del educador en ejercicio. Después se ha de plantear la reforma de los Planes de Estudio en todos los grados y ramas de la enseñanza; sin apremio, metódica y progresivamente, siempre en vista de una educación cristocéntrica, patriótica, tradicionalista y jerárquica. Los lineamientos esenciales de la educación integral del hombre argentino son: 1. La disciplina del cuerpo es para el alma, y la del alma para conocer, amar y servir a Dios y a la Patria. "No olvidéis que el cuerpo de que os servís, y en cuya agilidad y armonía, se refleja un rasgo de la belleza y omnipotencia del Creador, no es más que un instrumento que tenéis que hacer dócil y abierto al fuerte influjo del alma. . . Esa continua preparación, aun cuando tienda primordialmente a afirmaciones del prestigio físico y técnico debe tener, sin embargo, influencia fecunda y duradera sobre el alma que de este modo se enriquece con costumbres preciosas" 80 Pío XII, ALOCUCION AL VI CONCRESO NACIONAL DEL DEPORTE ITALIANO EL 26 DE ABRIL DE 1959. Por otra parte, la disciplina de la gimnasia y del deporte, practicados sin coeducación, colabora eficazmente en la fatiga y distracción del demonio en la edad más difícil de la juventud. La educación del alma inteligente y capaz de querer se realiza por medio del saber y del dominio de sí mismo. El saber se diversifica en tres grados docentes, conforme a su finalidad respectiva y se ordena jerárquicamente en vista del fin último del hombre: a. El saber de instrucción: sin valor propiamente educativo en sí y por sí mismo. Comprende los conocimientos empíricos, manuales, técnico científicos, es decir, las verdades para usar que nada dicen de la esencia ni del fin. Aquí el criterio de verdad es el éxito, la eficacia práctica, el rendimiento útil para la satisfacción de las necesidades materiales de la vida humana. Es el saber propio de las ciencias empíricas, exactas y experimentales, así como de las artes útiles, manuales o técnicas. No se discute la necesidad de este saber para el hombre que es una inteligencia carnal, el animal racional; pero no es un saber que se busca por él mismo y para goce de la contemplación. Se lo busca para usarlo para la práctica y la industria humanas. No es sabiduría, sino pura habilidad. Nos confiere el dominio del mundo exterior; pero no el del hombre interior, el dominio de sí mismo. Por esto es que el hombre puede ser dueño de la energía nuclear y de los espacios siderales; y al mismo tiempo esclavo de sus pasiones y arrastrar una existencia servil. El saber de instrucción es factor decisivo del Progreso Material; pero no sirve de suyo en absoluto para la Regeneración Moral del hombre. Se cultiva con la misma eficiencia en la Ciudad Cristiana y en la Ciudad Comunista, bajo el signo de la Cruz y bajo el signo de la hoz y el martillo. Es una expresión de barbarie no reconocer valor científico y docente nada más que al saber de instrucción. La escuela activa, de aprender haciendo, de habilidad pura y exclusiva, no educa en la Verdad que nos hace libres, sino en las verdades serviles que nos degradan hasta la servidumbre irremediable. La política que no es más que habilidad trata al hombre como si fuera una cosa, un utensilio, un valor de uso. El saber de instrucción es necesario, imprescindible, y debe comunicarse en la escuela elemental en una escala suficiente para llenar las exigencias mínimas de un mundo altamente tecnificado. Se requiere también la preparación media y superior de los artesanos, técnicos, profesionales e investigadores que el país necesita para su desarrollo material. Pero debe comprenderse que este saber en ninguno de sus grados escolares es educativo; no educa porque no hace mejor ni peor al hombre, no lo perfecciona en la sabiduría ni en la justicia. b. El saber de formación: propiamente educativo, comprende la metafísica, la lógica, la retórica, la estética y la ética (psicología, política, historia patria e historia universal) ; son las verdades esenciales que descubren la razón de ser v el fin de lo que existe. Es un saber para entender, ver dentro, contemplar lo que cada cosa es y su lugar en la jerarquía del Universo. Nos da el sentido de la medida, el sentido de la proporción que nos permite tratar con adecuación y justicia a los otros seres. Son verdades para servir, no para usar; nos enseñan la definición que distingue y jerarquiza, así como el respeto debido a los demás. El saber de formación perfecciona nuestro ser en la Verdad que nos hace libres y señores de nosotros mismos. Es la humana sabiduría que funda la virtud prudencial y el sentido de lo justo. Las disciplinas formativas por excelencia, fuera de la Religión y la Moral, son el Lenguaje y la Historia, tanto en los Planes de Estudio de la primaria como de la secundaria. La Filosofía, la Lógica, la Psicología y las Ciencias Pedagógicas se estudian en los últimos años del Bachillerato y del Magisterio. El Lenguaje y la Historia, en cambio, son disciplinas permanentes y sobre ellas debe vertebrarse la educación intelectual y la formación del carácter de los niños y adolescentes. Error funesto de los pedagogos modernos ha sido erigir a las Matemáticas, según el criterio cartesiano, en la Ciencia rectora de la educación. Y se ha incurrido en semejante desquicio, a pesar de que se sabe desde Aristóteles que "las Matemáticas no comunican con el Bien". La Ciencia de la Cantidad no tiene más valor formativo de la inteligencia que ser el escalón intermedio entre el primer y tercer grados de la abstracción, entre el plano empírico y el plano metafísico. Su aplicación práctica se extiende al mundo corpóreo, sensible, espacial, es decir, a todo lo que se puede medir con la unidad vacía e indiferente del número. El mundo del hombre interior, el alma inmaterial e inmortal con sus estados, hábitos y actos, con su amor a la sabiduría y sus virtudes éticas, con las instituciones sociales, culturales v religiosas, que despliega en el escenario de la Historia Nacional y Universal; en una palabra, nada que sea del espíritu puede ser medido con la unidad abstracta del número. La unidad de medida para el alma y sus bienes propios es Dios, suma perfección de ser, de verdad y de bondad. La mayor o menor distancia de Dios, su proximidad en la semejanza o su alejamiento en la desemejanza miden la belleza o la fealdad del alma y de la Ciudad. Por esto es que la educación integral y plena rige por sobre el saber formativo. Se debe incluir la Geografía en la educación formativa del hombre, en cuanto estudia el espacio donde acontece su destino personal e histórico, y sobre el que se imprime el sello de su espiritualidad.
c. El saber de salvación: que eleva al hombre sobre sí mismo y lo hace partícipe, por la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de la vida de Dios en la Fe, Esperanza y Caridad sobrenaturales. Enseña Pío XI que "es erróneo todo método de educación que se funde en todo o en parte sobre la negación u olvido del Pecado Original y de la Gracia, y, por ende, sobre las solas fuerzas de la naturaleza humana" 81. Quiere decir que toda verdadera pedagogía tiene su punto de partida en el reconocimiento de que el hombre es una naturaleza herida por el Pecado Original y redimida en la Cruz por el mismo Verbo de Dios, que vino en la carne y permanece junto a nosotros en la Iglesia de Cristo. Fuera de la Gracia, sin la unión con Dios en Cristo, verdadero Dios y hombre verdadero, no hay formación completa, ni educación integral. El Cristo centrismo es una exigencia de la naturaleza caída y del fin último que es la salvación eterna. La formación del hombre no es sólo el paso gradual de la potencia al acto, sino la agonía de su divina Redención: la humana sabiduría necesita integrarse en la Fe Sobrenatural para entender las cosas de Dios v las cosas del hombre en orden a Dios; el anhelo de inmortalidad necesita, de la Esperanza sobrenatural y la plenitud de la justicia necesita de la Caridad sobrenatural.
Los tres grados de saber docente se ordenan jerárquicamente en el cuerpo de doctrina, cuya cabeza es Cristo,, la Verdad de la que participan todas las cosas; por quien todas las cosas han sido hechas y en quien todas permanecen. Insistimos en el Cristo centrismo como principio pedagógico supremo, porque el hombre no puede superar con recursos simplemente humanos, las contradicciones de la existencia. Es el autor exclusivo de su caída, pero no puede levantarse por sí solo: Cristo es la única ayuda eficaz, la única escala posible, el único camino de retorno al Principio. "Tan sólo en Cristo se puede educar el cuerpo para el alma y el alma para Dios y el prójimo. "Cristo es el único y verdadero Maestro. Su magisterio radica en que es Principio y nos habla porque es el Verbo. "¿Qué es entonces el magisterio humano? "Imitación de Cristo, pedagogía del Verbo. "La actividad escolar, incluso en la preparación para los fines temporales, tiene que promover un verdadero ascetismo: máxima exigencia y disciplina continuada hasta lograr el dominio de sí mismo en la fidelidad a DIOS, a la Patria y a la familia, junto con una probada idoneidad profesional. La Universidad Nacional que forma la futura clase dirigente debe estructurarse y gobernarse de acuerdo a su misión. "El fin de la Universidad es la contemplación de la Verdad inmutable y el cuidado del alma de la Nación. "La Universidad es una institución definitivamente medieval; nació en la vieja Ciudad europea colmada por el espíritu y la sangre de generaciones que fueron disciplinadas en la Fe ilustradísima. Pero la Universidad que se levanta y se apoya en un suelo histórico no está ceñida por el horizonte de la Ciudad mortal. En cuanto es esencialmente una disciplina de la inteligencia, sólo está sometida a las exigencias de la Verdad que trasciende todas las relatividades humanas y todos los límites temporales. 'La Universidad es la institución corporativa de los maestros y de los estudiantes que se diversifica y jerarquiza según los grados del saber y de la verdad; es también el ordenamiento jurídico autónomo que protege el reposo de la contemplación y de la investigación puras, frente a las agitaciones ele los hombres ocupados en la administración y en la economía de la Ciudad. 82 Jordán B. Genta, DERIVACIONES PEDAGÓGICAS DEL PECADO ORIGINAL.
"El gobierno de la Universidad es naturalmente la autoridad de los que saben y enseñan sobre los que no saben y deben aprender para alcanzar, a su vez, la autoridad de la sabiduría y de las ciencias. Cualquiera otra especie de gobierno corrompe y destruye la Universidad. "Si la Universidad es el lugar natural de la vida de la inteligencia separada, su régimen de gobierno no puede ser la copia ni el remedo de los regímenes múltiples y variables de las Ciudades. "La ley de la Universidad es invariable como toda ley natural; es inmóvil como la Verdad que constituye la razón de ser y el fin de su existencia. El estatuto de la Universidad no puede incluir un artículo 30 que diga: Esta constitución puede modificarse en todo o en cada una de sus partes. "La Universidad existe en el Estado pero no es una institución del Estado; debe ser reconocida, respetada y protegida por el Estado en su régimen natural y en su autonomía" 83 Jordán B. Genta, REHABILITACIÓN DE LA INTELIGENCIA. . La educación política y militar del ciudadano, naturalmente a cargo del Estado, debe conformarse al sentido de servicio del bien de la Patria en Cristo. El Bien Común Temporal está en la misma línea del Bien Común Eterno. La educación en todos sus grados y diversificaciones a de cooperar, con ayuda de Dios, a la reconstrucción de la Patria y del mundo en Jesucristo.