DOCTRINA POSITIVA:
TEMA VIII
La Educación Cristiana y Nacional.
La Escuela y la Universidad al servicio de la Verdad y de la Patria.
La educación publica
argentina en todos sus grados —primario, secundario y superior— debe ser Cristo
céntrica, patriótica, tradicionalista y jerárquica: 1. Porque es la educación
verdadera, completa y perfecta del ciudadano: "forma al hombre como debe
ser y como debe comportarse en esta vida temporal para conseguir el fin último,
la vida eterna" 70. 2. Porque es la mejor que responde a la Argentina real
y a la íntegra tradición católica e hispánica de la Patria: "Católico es
el origen, la raíz y la esencia del ser argentino" 71. 3. Porque el factor
principal de la Escuela que educa para conocer, amar y servir a Dios y a la
Patria es el maestro, el profesor, el director. El educador es el alma de la
escuela y la Jerarquía natural en su orden: "El elemento más importante de
la escuela católica es el maestro" 72. 4. Porque es preciso
"desarrollar en el alma de los niños y de los jóvenes el espíritu
jerárquico, que no niega a cada edad su propio desenvolvimiento para disipar
así, en lo posible, esa atmósfera de independencia y de excesiva libertad que
en nuestros días respira la juventud y que la llevaría a rechazar toda
autoridad.73 70 Pío XI, DIVINI ILLIUS MAGISTRI. 71 Episcopado Nacional, PASTORAL SOBRE
LA MASONERÍA. 72 Pío XII, CARTA DEL 5 DE ACOSTO DE 1957.. 5. Porque es
la educación que reclama perentoriamente la Guerra Contrarrevolucionaria, el
enfrentamiento eficaz del Comunismo y de sus aliados ideológicos, el laicismo
masónico y la subversión marxista de la Universidad Nacional: ''el mal que se
ha de combatir, considerado en su primera fuente es de naturaleza espiritual; y
de esta fuente es de donde brotan por necesidad todas las monstruosidades del
Comunismo. Combatirlo con medios puramente económicos y políticos es dejarse
arrastrar por un error peligroso" li. Se trata, pues, de implantar una
educación cristiana, nacional, jerarquizada, conforme con la exigencia de un
patriotismo exagerado por el peligro mortal e inminente que significa la
descomposición interna y el avance arrollador del Comunismo en la Patria. No es
un nacionalismo egoísta, avaro, exclusivo, excluyente; el Vual no sería nada
más que un principio liberal, dialéctico y disgregado. Es, por el contrario, la
posición docente de un nacionalismo generoso, abierto, comprensivo y
caritativo, puesto que se ordena a la universidad católica, a la trascendencia Cristo
céntrica. Nacionalismo falso, vicioso, aberrante, es el de la parte usurpando
el lugar del todo; es lo particular y relativo propuesto como si fuera lo
universal y absoluto: el nacionalismo de la raza, de la clase, del partido, del
club, de la secta o del Estado, al que Hegel deifica en su FILOSOFÍA «EL
DERECHO y pretende que es "el ingreso de Dios en el mundo". La
doctrina pontificia nos enseña que "la misión de educar toca, ante todo y
sobre todo, a la Iglesia y a la Familia, por derecho divino y natural. .. y a la
Sociedad Civil le corresponde, conforme a su fin propio, el Bien Común
Temporal" 75 73 Pío XII, RADIOMEIVSAJE DEL 6 DE OCTUBRE DE 1948. 74 Pío XII. DI YIN;
REDEMPTORIS. 75 Pío XI, DIVINUS ILLIÜS MAGISTER.. El Estado o Sociedad
Civil tiene una doble función con «respecto a la educación: proteger y
promover, sin absorber jamás ni a la familia ni al individuo; y sustituir a la
familia en caso de ausencia, incapacidad manifiesta o probada indignidad de los
padres. Es público y notorio en la Argentina de hoy el estado de disolución en
que se encuentra la institución de la familia, tanto en el hecho como en el
derecho. Hay todavía familias bien constituidas, verdaderos hogares como exige
la crianza y la educación de los hijos; pero la nota característica e=, cada
vez más, el desquicio y el desorden. Su consecuencia inevitable se acusa en la
corrupción extrema de las costumbres públicas y en el relajamiento moral de la
juventud —impudicia y libertad sexual, vagancia y vicios nefandos, promiscuidad
y delincuencia. en aumento constante—, todo lo cual ablanda, pervierte y
descompone a las fuerzas de la resistencia de la Nación y la prepara para la
servidumbre más abyecta. El Estado restaurador debe suplir esa ausencia de la
familia en el cumplimiento de la misión educativa: "remediarla con los
medios idóneos, siempre en conformidad con los derechos naturales de la prole y
los derechos sobrenaturales de la Iglesia" 76 Pío XI, DIVINI ILLIUS MAGISTRI.
Esa intervención subsidiaria del Estado es tanto más necesaria y perentoria
cuanto más se deja sentir la falta de una clase dirigente, moral e
intelectualmente idónea para servir al bien de la Patria. Un siglo de
liberalismo jurídico, de economía semicolonial, de absurda distribución
demográfica, bajo la acción envilecedora del laicismo escolar, del
enciclopedismo naturalista y del profesionalismo utilitario, completados por 45
años de Reforma Universitaria Marxista, nos ha convertido en una Babel de
creencias, ideologías y costumbres. Desarraigado el criollo de la tierra y sus
antiguas tradiciones, cosmos politizado el hijo de inmigrante,
descristianizados uno y otro por el laicismo escolar y marxismo universitario,
liemos dejado de ser un verdadero pueblo, organizado, disciplinado,
jerarquizado. Lamentablemente hemos venido declinando hasta el nivel de la masa
informe, anárquica y confusa, sin unidad espiritual ni ética. La falsificación
masónica de la Historia Patria nos ha privado del sentido del ser, de una
verdadera conciencia nacional que se afirma en continuidad solidaria con
nuestros egregios orígenes católicos e hispánicos. Se comprende que el derecho,
la educación y la economía de la nueva Argentina soberana, debieron plantearse
y resolverse en identidad esencial con el espíritu de las viejas fundaciones
españolas; lo cual no hubiera significado en absoluto excluir o rechazar
ninguna de las prodigiosas conquistas del progreso científico y técnico. La
voluntad de grandeza futura exige fidelidad a la pasada grandeza. Los hombres
de la Organización Nacional con su mentalidad disminuida y subvertida por el
liberalismo no entendieron esa grandeza y la despreciaron como una interminable
noche de barbarie. Y s& empeñaron febrilmente en la separación' del picado
histórico, de la tierra y de sus muertos; edificaron la nueva República sobre
la supuesta legitimidad del hombre egoísta, divorciado de Dios y de sus
prójimos, que comienza y termina en su interés individual. Así es como a la
sombra de ese nuevo derecho del hombre egoísta, se consumaron las sucesivas
violencias contra la Nación real y las exigencias del Bien Común, lo mismo en
orden a la educación que en la economía y en la administración de la justicia.
Alberdi postula una Constitución que tenga "el poder de las Hadas que
construían palacios en una noche'' 77 Juan B. Alberdi, BASES, Capítulo
XVIII...
En lugar de edificar sobre las instituciones de la Tradición, se construyó en
una noche, y en vista de un futuro imaginario, una República sin cimientos
firmes, apoyada en vacías abstracciones. Este 'desencuentro entre el Estado de
Derecho y la realidad nacional nos explica las ruinas acumuladas en un siglo de
gobiernos oligárquicos o demagógicos. Son las instituciones liberales,
anárquicas, subversivas, más todavía que los hombres, las que han impedido el
desarrollo de uno de los países más extensos y pródigos en riquezas naturales,
con una población europea en su mayor parte, que actualmente sobrepasa los
veinte millones. Las instituciones han hecho posible la descristianización
progresiva de las generaciones argentinas: Estado sin Cristo, la familia sin
Cristo, la escuela sin Cristo, la Universidad sin Cristo, la economía y la
banca sin Cristo, el capital y el trabajo sin Cristo. Una mentalidad dirigente
sin sabiduría, ciega para las verdades esenciales y reducida al plano empírico
de la habilidad; el auge y la impunidad de la especulación, la usura y la
explotación plutocráticas; la lucha marxista de clases antagónicas, exasperada
por un feroz resentimiento social en el proletariado. Tales son las
características del deplorable cuadro de la Argentina actual. Hemos dejado de
ser un verdadero pueblo. Y "masas sin Dios, a la larga, lio se dejan
contener sino por el terror" 78 Pío XII.. Asumir la realidad tal cual es,
saber que la Patria está gravemente enferma, es la primera exigencia de un
ajustado planteo del problema educacional. La tarea más urgente debe ser la
renovación del espíritu que informa la educación nacional y de la mentalidad de
los educadores —maestros y profesores—, junto con la restauración del principio
de autoridad en todos los grados de la enseñanza oficial. 1. La renovación
espiritual se iniciará con la implantación de la enseñanza optativa de la
Religión Católica, Apostólica y Romana, en todos los institutos oficiales de
educación primaria, secundaria y superior. Y con la enseñanza obligatoria de la
Moral Cristiana que debe llegar a informar las costumbres y usos de la vida
civil.
Para que esa
imprescindible e impostergable renovación espiritual del pueblo argentino pueda
lograrse, la enseñanza y la práctica de la Religión deben integrarse con: 2. La
renovación de la mentalidad de maestros y profesores en ejercicio se iniciará
con la creación inmediata de la Escuela Superior del Magisterio y de la Escuela
Superior del Profesorado Secundario, sobre el modelo de la que funcionó en
Buenos Aires el año 1944 bajo la dependencia del Consejo Nacional de Educación.
Deberán asistir y aprobar sus cursos de dos años el personal directivo —para
permanecer en sus puestos— y el personal docente —para ocupar cargos
directivos—. El plan de estudios en ambas escuelas tenderá a la renovación de
la mente de los educadores, por medio del saber teológico y metafísico, del
saber de salvación y del formativo. Se trata de la integración de las
disciplinas humanistas —filosóficas, pedagógicas, históricas, el estudio de la
lengua castellana— en el Cristo centrismo. La razón es que "no basta
impartir la instrucción religiosa para que una escuela resulte conforme a los
derechos de la Iglesia y de la familia cristiana. .. Para ello es necesario que
toda la enseñanza y toda la organización de la escuela: maestros, programas,
libros, en cada disciplina, estén imbuidos de espíritu cristiano bajo la
vigilancia materna de la Iglesia, de suerte que la Religión sea verdaderamente
fundamento y corona de toda instrucción, en todos los grados, no sólo en el
elemental, sino también en el medio y superior" 79 Pío XI, DIVINI ILLIUS MAGISTRE.. Es
imprescindible que la mente católica informe y oriente la enseñanza de todas
las ciencias, virtudes y habilidades, incluso la educación estética y física de
los niños y jóvenes argentinos. Sin mente católica en el docente, no hay
educación católica, por más que se intensifique la instrucción y la práctica de
la Religión.
3. El restablecimiento
inmediato del principio de autoridad y de la jerarquía docente, con la
supresión radical de toda injerencia estudiantil en el gobierno de las
Universidades y Colegios Oficiales. Se comprende fácilmente lo que hay de
subversivo en la aberración del "muchachismo", así como en toda forma
de demagogia en la vida escolar. Esto no significa que el educando sea una
parte pasiva e inerte; pero se encuentra dinámicamente subordinado al educador,
como la potencia al acto. Esta subordinación va disminuyendo a medida que crece
en el saber y el dominio de sí mismo.
Reiteramos que la
tarea más urgente consiste en lograr esa renovación espiritual, mental y
jerárquica del educador en ejercicio. Después se ha de plantear la reforma de
los Planes de Estudio en todos los grados y ramas de la enseñanza; sin apremio,
metódica y progresivamente, siempre en vista de una educación cristocéntrica,
patriótica, tradicionalista y jerárquica. Los lineamientos esenciales de la
educación integral del hombre argentino son: 1. La disciplina del cuerpo es
para el alma, y la del alma para conocer, amar y servir a Dios y a la Patria.
"No olvidéis que el cuerpo de que os servís, y en cuya agilidad y armonía,
se refleja un rasgo de la belleza y omnipotencia del Creador, no es más que un
instrumento que tenéis que hacer dócil y abierto al fuerte influjo del alma. .
. Esa continua preparación, aun cuando tienda primordialmente a afirmaciones
del prestigio físico y técnico debe tener, sin embargo, influencia fecunda y
duradera sobre el alma que de este modo se enriquece con costumbres
preciosas" 80 Pío XII, ALOCUCION AL VI CONCRESO NACIONAL DEL DEPORTE ITALIANO EL 26
DE ABRIL DE 1959. Por otra parte, la disciplina de la gimnasia y del
deporte, practicados sin coeducación, colabora eficazmente en la fatiga y distracción
del demonio en la edad más difícil de la juventud. La educación del alma
inteligente y capaz de querer se realiza por medio del saber y del dominio de
sí mismo. El saber se diversifica en tres grados docentes, conforme a su
finalidad respectiva y se ordena jerárquicamente en vista del fin último del
hombre: a. El saber de instrucción: sin valor propiamente educativo en sí y por
sí mismo. Comprende los conocimientos empíricos, manuales, técnico científicos,
es decir, las verdades para usar que nada dicen de la esencia ni del fin. Aquí
el criterio de verdad es el éxito, la eficacia práctica, el rendimiento útil
para la satisfacción de las necesidades materiales de la vida humana. Es el
saber propio de las ciencias empíricas, exactas y experimentales, así como de
las artes útiles, manuales o técnicas. No se discute la necesidad de este saber
para el hombre que es una inteligencia carnal, el animal racional; pero no es
un saber que se busca por él mismo y para goce de la contemplación. Se lo busca
para usarlo para la práctica y la industria humanas. No es sabiduría, sino pura
habilidad. Nos confiere el dominio del mundo exterior; pero no el del hombre
interior, el dominio de sí mismo. Por esto es que el hombre puede ser dueño de
la energía nuclear y de los espacios siderales; y al mismo tiempo esclavo de
sus pasiones y arrastrar una existencia servil. El saber de instrucción es
factor decisivo del Progreso Material; pero no sirve de suyo en absoluto para
la Regeneración Moral del hombre. Se cultiva con la misma eficiencia en la
Ciudad Cristiana y en la Ciudad Comunista, bajo el signo de la Cruz y bajo el
signo de la hoz y el martillo. Es una expresión de barbarie no reconocer valor
científico y docente nada más que al saber de instrucción. La escuela activa,
de aprender haciendo, de habilidad pura y exclusiva, no educa en la Verdad que
nos hace libres, sino en las verdades serviles que nos degradan hasta la
servidumbre irremediable. La política que no es más que habilidad trata al
hombre como si fuera una cosa, un utensilio, un valor de uso. El saber de
instrucción es necesario, imprescindible, y debe comunicarse en la escuela
elemental en una escala suficiente para llenar las exigencias mínimas de un
mundo altamente tecnificado. Se requiere también la preparación media y
superior de los artesanos, técnicos, profesionales e investigadores que el país
necesita para su desarrollo material. Pero debe comprenderse que este saber en
ninguno de sus grados escolares es educativo; no educa porque no hace mejor ni
peor al hombre, no lo perfecciona en la sabiduría ni en la justicia. b. El
saber de formación: propiamente educativo, comprende la metafísica, la lógica,
la retórica, la estética y la ética (psicología, política, historia patria e
historia universal) ; son las verdades esenciales que descubren la razón de ser
v el fin de lo que existe. Es un saber para entender, ver dentro, contemplar lo
que cada cosa es y su lugar en la jerarquía del Universo. Nos da el sentido de
la medida, el sentido de la proporción que nos permite tratar con adecuación y
justicia a los otros seres. Son verdades para servir, no para usar; nos enseñan
la definición que distingue y jerarquiza, así como el respeto debido a los
demás. El saber de formación perfecciona nuestro ser en la Verdad que nos hace
libres y señores de nosotros mismos. Es la humana sabiduría que funda la virtud
prudencial y el sentido de lo justo. Las disciplinas formativas por excelencia,
fuera de la Religión y la Moral, son el Lenguaje y la Historia, tanto en los
Planes de Estudio de la primaria como de la secundaria. La Filosofía, la
Lógica, la Psicología y las Ciencias Pedagógicas se estudian en los últimos
años del Bachillerato y del Magisterio. El Lenguaje y la Historia, en cambio,
son disciplinas permanentes y sobre ellas debe vertebrarse la educación
intelectual y la formación del carácter de los niños y adolescentes. Error
funesto de los pedagogos modernos ha sido erigir a las Matemáticas, según el
criterio cartesiano, en la Ciencia rectora de la educación. Y se ha incurrido
en semejante desquicio, a pesar de que se sabe desde Aristóteles que "las
Matemáticas no comunican con el Bien". La Ciencia de la Cantidad no tiene
más valor formativo de la inteligencia que ser el escalón intermedio entre el
primer y tercer grados de la abstracción, entre el plano empírico y el plano
metafísico. Su aplicación práctica se extiende al mundo corpóreo, sensible,
espacial, es decir, a todo lo que se puede medir con la unidad vacía e indiferente
del número. El mundo del hombre interior, el alma inmaterial e inmortal con sus
estados, hábitos y actos, con su amor a la sabiduría y sus virtudes éticas, con
las instituciones sociales, culturales v religiosas, que despliega en el
escenario de la Historia Nacional y Universal; en una palabra, nada que sea del
espíritu puede ser medido con la unidad abstracta del número. La unidad de
medida para el alma y sus bienes propios es Dios, suma perfección de ser, de
verdad y de bondad. La mayor o menor distancia de Dios, su proximidad en la
semejanza o su alejamiento en la desemejanza miden la belleza o la fealdad del
alma y de la Ciudad. Por esto es que la educación integral y plena rige por
sobre el saber formativo. Se debe incluir la Geografía en la educación
formativa del hombre, en cuanto estudia el espacio donde acontece su destino
personal e histórico, y sobre el que se imprime el sello de su espiritualidad.
c. El saber de
salvación: que eleva al hombre sobre sí mismo y lo hace partícipe, por la
gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de la vida de Dios en la Fe, Esperanza y
Caridad sobrenaturales. Enseña Pío XI que "es erróneo todo método de
educación que se funde en todo o en parte sobre la negación u olvido del Pecado
Original y de la Gracia, y, por ende, sobre las solas fuerzas de la naturaleza
humana" 81. Quiere decir que toda verdadera pedagogía tiene su punto de
partida en el reconocimiento de que el hombre es una naturaleza herida por el
Pecado Original y redimida en la Cruz por el mismo Verbo de Dios, que vino en
la carne y permanece junto a nosotros en la Iglesia de Cristo. Fuera de la
Gracia, sin la unión con Dios en Cristo, verdadero Dios y hombre verdadero, no
hay formación completa, ni educación integral. El Cristo centrismo es una
exigencia de la naturaleza caída y del fin último que es la salvación eterna.
La formación del hombre no es sólo el paso gradual de la potencia al acto, sino
la agonía de su divina Redención: la humana sabiduría necesita integrarse en la
Fe Sobrenatural para entender las cosas de Dios v las cosas del hombre en orden
a Dios; el anhelo de inmortalidad necesita, de la Esperanza sobrenatural y la
plenitud de la justicia necesita de la Caridad sobrenatural.
Los tres grados de
saber docente se ordenan jerárquicamente en el cuerpo de doctrina, cuya cabeza
es Cristo,, la Verdad de la que participan todas las cosas; por quien todas las
cosas han sido hechas y en quien todas permanecen. Insistimos en el Cristo
centrismo como principio pedagógico supremo, porque el hombre no puede superar con
recursos simplemente humanos, las contradicciones de la existencia. Es el autor
exclusivo de su caída, pero no puede levantarse por sí solo: Cristo es la única
ayuda eficaz, la única escala posible, el único camino de retorno al Principio.
"Tan sólo en Cristo se puede educar el cuerpo para el alma y el alma para
Dios y el prójimo. "Cristo es el único y verdadero Maestro. Su magisterio
radica en que es Principio y nos habla porque es el Verbo. "¿Qué es
entonces el magisterio humano? "Imitación de Cristo, pedagogía del Verbo.
"La actividad escolar, incluso en la preparación para los fines
temporales, tiene que promover un verdadero ascetismo: máxima exigencia y
disciplina continuada hasta lograr el dominio de sí mismo en la fidelidad a DIOS,
a la Patria y a la familia, junto con una probada idoneidad profesional. La
Universidad Nacional que forma la futura clase dirigente debe estructurarse y
gobernarse de acuerdo a su misión. "El fin de la Universidad es la
contemplación de la Verdad inmutable y el cuidado del alma de la Nación.
"La Universidad es una institución definitivamente medieval; nació en la
vieja Ciudad europea colmada por el espíritu y la sangre de generaciones que
fueron disciplinadas en la Fe ilustradísima. Pero la Universidad que se levanta
y se apoya en un suelo histórico no está ceñida por el horizonte de la Ciudad
mortal. En cuanto es esencialmente una disciplina de la inteligencia, sólo está
sometida a las exigencias de la Verdad que trasciende todas las relatividades
humanas y todos los límites temporales. 'La Universidad es la institución
corporativa de los maestros y de los estudiantes que se diversifica y
jerarquiza según los grados del saber y de la verdad; es también el
ordenamiento jurídico autónomo que protege el reposo de la contemplación y de
la investigación puras, frente a las agitaciones ele los hombres ocupados en la
administración y en la economía de la Ciudad. 82 Jordán B. Genta, DERIVACIONES
PEDAGÓGICAS DEL PECADO ORIGINAL.
"El gobierno de la
Universidad es naturalmente la autoridad de los que saben y enseñan sobre los
que no saben y deben aprender para alcanzar, a su vez, la autoridad de la
sabiduría y de las ciencias. Cualquiera otra especie de gobierno corrompe y destruye
la Universidad. "Si la Universidad es el lugar natural de la vida de la
inteligencia separada, su régimen de gobierno no puede ser la copia ni el
remedo de los regímenes múltiples y variables de las Ciudades. "La ley de
la Universidad es invariable como toda ley natural; es inmóvil como la Verdad
que constituye la razón de ser y el fin de su existencia. El estatuto de la
Universidad no puede incluir un artículo 30 que diga: Esta constitución puede
modificarse en todo o en cada una de sus partes. "La Universidad existe en
el Estado pero no es una institución del Estado; debe ser reconocida, respetada
y protegida por el Estado en su régimen natural y en su autonomía" 83 Jordán B.
Genta, REHABILITACIÓN DE LA INTELIGENCIA. . La educación política y
militar del ciudadano, naturalmente a cargo del Estado, debe conformarse al
sentido de servicio del bien de la Patria en Cristo. El Bien Común Temporal
está en la misma línea del Bien Común Eterno. La educación en todos sus grados
y diversificaciones a de cooperar, con ayuda de Dios, a la reconstrucción de la
Patria y del mundo en Jesucristo.