III. LA CUESTION CHILENA
La política
demoliberal en sus 120 años de vigencia en nuestra Patria ha sido una
manifiesta contradicción con la realidad argentina. En base al hombre egoísta
se promulgó una Constitución Nacional, copiada casi totalmente de la que imperaba
en Estados Unidos de Norteamérica y sin la menor preocupación por la realidad.
La Argentina Oficial no se ha conformado al ser de la Nación, en ningún momento
y en nada que fuera de significación vital para la Seguridad y el Desarrollo.
En lo que se refiere a la Población, se procuró realizar la consigna de
Alberdi: gobernar es poblar. Se promovió la inmigración masiva de italianos y
españoles, pero la distribución demográfica se dejó librada al esquema colonial
del país productor de materias primas para exportar e importador de productos
fabricados en la Metrópoli. Así se explica que la vida entera de la Nación se
desplazara y concentrara en el gran puerto de Buenos Aires. La política
colonial del dejar hacer y dejar pasar a los intereses egoístas en juego y el
espíritu de lucro no se ocupó jamás de asegurarse un trato de honor a cada uno
de los habitantes, ni cuidó del Bien Común, ni buscó la grandeza de la Nación.
La Soberanía, que es la expresión del señorío real, fue reemplazada
progresivamente por la ficción de la Soberanía Popular, declamatoria,
fraudulenta o ejercida en elecciones garantizadas, pero en todos los casos una
ficción de señorío para encubrir un real sometimiento al Poder Internacional
del Dinero. No se entiende, no se puede entender nada de lo que está ocurriendo
en la Patria, si no se advierte que la pretendida soberanía popular es la
máscara del servilismo de los poderes públicos al Imperialismo Financiero. Los
padres de la Constitución Nacional de 1853 aceptaron integrar a nuestro inmenso
país dentro de la economía británica, como agroexportador. De ahí que se
valorizó exclusivamente la pampa húmeda y la confluencia de las vías de
comunicación hacia los grandes puertos de ultramar; fue una nítida expresión de
que las exigencias del Bien Común y los supremos intereses de la Nación no
contaban para nada en la Argentina Oficial. La región montañosa que abarca la
tercera parte de nuestro territorio continental fue abandonada a su suerte y
terminó por ser un desierto argentino. Los pocos habitantes que están radicados
hoy son en su mayoría chilenos o bolivianos. La Patagonia "no valía un
barril de pólvora!' en la imagen despectiva de Sarmiento, fiel intérprete en el
80 de la conciencia pública. Si no fuera por el descubrimiento accidental de los
yacimientos petrolíferos de Comodoro Rivadavia, a comienzos del siglo, habría
quedado al margen del quehacer nacional o poco menos. La industrialización
iniciada a raíz de la Primera Guerra Mundial no sólo modificó el esquema
anterior sino que aumentó la concentración de la población en las ciudades y,
sobre todo, en el Gran Buenos Aires, pero este proceso de concentración
demográfica adquirió un ritmo vertiginoso en estos últimos 25 años. Perón fue
el principal artífice de esta monstruosa acumulación urbana de la escasa
población argentina, cuyo índice de natalidad es uno de los más bajos del
mundo. En cuanto al territorio nacional, el resultado inevitable de esa
distribución antinatural, antinacional y antieconómica de la población, ha sido
el avance del desierto en la mayor parte de sil extensión. Y lo más grave es
que la zona fronteriza, a lo largo de la Cordillera de los Andes,
particularmente en la Patagonia, es un desierto humano, pero más todavía es
desierto argentino. Frente a la rápida consolidación del Régimen Comunista en
Chile, bien están las medidas militares que se han previsto en las tres Armas y
que ya se encuentran en ejecución. Pero las armas no son suficientes, aunque
sean el medio principal para garantizar la Seguridad Nacional. Ninguna guerra
y, sobre todo la Guerra Subversiva, que es la más radical y total, se hace
solamente con las armas.
Ha llegado el momento
de denunciar el crimen de lesa Patria cometido en el país al no haberse
cumplimentado y ampliado el propósito de colonizar y fomentar el desarrollo de
una población estable en la región fronteriza, tal como se concretó en la
primera Ley de Creación de la Gendarmería Nacional N° 12.367, sancionada por el
Congreso argentino el 2 de agosto de 1938. Reviste una actualidad admonitoria
leer el Capítulo VI, particularmente los artículos 46, 47, 48, 49, 50, 51, 52«
53. El artículo 46 establece: "El Ministerio de Agricultura pondrá a
disposición del Ministerio del Interior y del Ministerio de Guerra, según
corresponda y a medida que éstos lo requieran, las siguientes fracciones de
tierras fiscales:
"a. Dos
fracciones de 10.000 hectáreas cada una en el territorio de La Pampa, "b.
Tres fracciones de 10.000 hectáreas cada una en el territorio de Río Negro,
"c. Tres fracciones de 10.000 hectáreas cada una en el territorio de
Neuquén. "d. Tres fracciones de 10.000 hectáreas cada una y una de 5.000
hectáreas en el territorio del Chubut. "e. Tres fracciones de 10.000
hectáreas cada una en el territorio de Santa Cruz, "f. Una fracción de
10.000 hectáreas en el territorio de Tierra del Fuego, "g. Dos fracciones
de 5.000 hectáreas cada una en el territorio de Misiones, "h. Tres
fracciones de 5.000 hectáreas cada una, en el territorio de Formosa. "i.
Dos fracciones de 10.000 hectáreas cada una en el territorio del Chaco.
"El Poder
Ejecutivo reglamentará la proporción de estas tierras que corresponda a cada
uno de los ministerios mencionados. "Artículo 47. — La ubicación de cada
una de las fracciones de tierra a que se refiere el artículo anterior será
determinada en el terreno por una comisión constituida por el director general
de Gendarmería, un oficial y un veterinario designado por el Ministerio de
Guerra, un Ingeniero Agrónomo y un Ingeniero de la Dirección de Irrigación,
designados por los ministerios de Agricultura y de Obras Públicas,
respectivamente. "La elección de tierras se hará de acuerdo con los
siguientes requisitos: "a. Ser aptas para establecer en ellas colonias del
hogar y poseer, si fuera necesario, facilidades para regadío en el momento que
se las elija; "b. La ubicación debe responder a los fines de la
Gendarmería Nacional; "c. Las destinadas al Ministerio de Guerra deberán
satisfacer las condiciones especiales que determine el Poder Ejecutivo.
"Artículo 49.
Cada una de las fracciones de tierras indicada en el artículo 46 servirá de
base para la formación de una colonia del hogar, conforme a lo establecido en
los artículos 5 y 9 de la ley 10.284. Se reservará una parte de las mismas a
disposición del Ministerio de Guerra para el establecimiento de campos de
maniobras de tiro, de remonta y otra a disposición de la Gendarmería Nacional.
"Artículo 51. Los Suboficiales y clases del Ejército y de la Armada, los
ex clases, los ex conscriptos de los territorios nacionales y el personal de tropa
de gendarmería que sean casados, y los herederos forzosos de los miembros del
ejército y de la armada que soliciten lotes en las colonias del hogar, tendrán
derecho preferente a su concesión, y para los jefes establecidos en el artículo
14 de la ley 10.284. "Artículo 52. A cada propietario de un lote de hogar
que se comprometa a construir casa habitación para sí y familia se le concederá
además un lote de fracciones destinadas a pueblo.
"Artículo 53. El
director general de Gendarmería y los oficiales de Gendarmería tendrán derecho
a un solo lote de hogar y en sólo una colonia, pero no podrán adquirir otro
durante su servicio". Al final del Capítulo V, en el artículo 45, anticipa
ya que "el personal de tropa de la Gendarmería, casado, tendrá derecho a la
concesión de lotes de hogar en los términos que se establece en la presente ley
y la ley 10.284". Nos hemos demorado en el texto pertinente de la Ley de
Creación de la Gendarmería para que el lector pueda comprobar qué objetivo
vital en la misma era la iniciación de un plan de colonización y fomento de
nuestra región fronteriza, principalmente la patagónica, con familias
argentinas y de extracción militar. Si se hubiera ejecutado esa primera etapa,
cabe prever su ampliación progresiva; y en la actualidad no tendríamos que
afrontar un inmenso desierto argentino, la expansión ideológica de Chile
Comunista, en base a la realización de un plan de fomento y desarrollo en
sectores cordilleranos y precordilleranos en las provincias de Malleco, Cantín
y Valdivia. Y los motivos de preocupación aumentan si consideramos que la mayor
parte de la población de nuestra Patagonia, y de la región fronteriza en
particular, es chilena o de origen chileno. Insistimos en que las previsiones
militares son imprescindibles, pero insuficientes en grado extremo para
enfrentar la Guerra Subversiva que nos está acosando desde dentro y desde
fuera. Así como no hemos hecho nada o casi nada para poblar y colonizar con
familias argentinas nuestra región montañosa, así como no fuimos capaces de
aprovechar el Golfo Nuevo, único puerto natural de nuestra costa patagónica
para establecer allí la principal de nuestras Bases Navales, tampoco hemos
previsto y nos hemos preparado en la doctrina y disposición para el sacrificio
que se requieren en esta hora de extremo peligro nacional. La verdad es que
todavía hoy —junio de 1971— no se quiere ver oficialmente nada que pueda
comprometer el esquema demoliberal, pluralista, populista, desaprensivo y
suicida que se pretende, una vez más, culminar en una salida electoral que nos
precipitará por la misma pendiente comunista de Chile. Estremece la ceguera
voluntaria y la despreocupación insensata tanto de los responsables de la
conducción política como de los órganos de la opinión pública. Ceguera V despreocupación
argentinas en el mismo momento que Chile nos invade y nos abruma
"fraternalmente" con festivales folklóricos argentino chilenos, con
intercambios cada vez más nutridos de grupos estudiantiles, con visitas de
rectores de universidades y funcionarios de la dirección de turismo para
organizar planes de conjunto, con campos de. adiestramiento para nuestras
voluntarias brigadas de jóvenes que van a trabajar gratuitamente para la
revolución social chilena, con conferencias ampliamente publicitadas del poeta
Neruda o del ministro Chonchol, gestor principal de la Reforma Agraria en Cuba
y Chile. Esto aparte del sentimiento chilista que se va cultivando rápidamente
en el corazón de la juventud universitaria, de la masa obrera, de la clientela
de los partidos populistas, de los sacerdotes para el Tercer Mundo e incluso de
los cuadros de las FF. AA. Toda esta pasión ideológica chilena en favor del
comunismo chileno se suma al proceso de la Guerra Subversiva y va socavando a
la Patria por medio del Terror y de la pudrición de las almas, hecha por los
espectáculos públicos. La hora que vivimos reclama urgentemente una pasión
afirmativa, constructiva, avasalladora, que arrebate a un puñado de soldados,
civiles y sacerdotes en la tarea de restaurar a la Patria en Cristo y en el
Señorío sobre todo lo propio. Se requiere el sentido heroico y el
renunciamiento total de sí mismo para tener libertad de acción y de decisión,
sean cuales fueren las consecuencias personales y familiares. Están en peligro
las almas y la Patria. El precio del rescate es ofrecerlo todo sin reservarse
nada, hasta dar la vida que es el modo de ganarla para la eternidad.
Se han enarbolado
todas las falsas banderas, se han proclamado las consignas del idealismo
utópico y de las ideologías materialistas. No hay mito demasiado humano que no
se haya ensayado políticamente. Es hora de salir con Cristo y con María,
enarbolando la bandera de Belgrano; no hay más política nacional que la Verdad,
el Sacrificio y la Jerarquía. Se trata de empuñar a las almas y a la Patria,
para arrebatarlas hacia Cristo por María, sabiendo que fracasar temporalmente
en la demanda es todavía vencer, es todavía la gloria en el tiempo histórico
que refleja la eternidad de Dios. La consigna suprema del Nacionalismo
argentino: adorar a Cristo contra la idolatría del dinero y la adulación de las
masas. Marx envenenó al mundo entero con la divisa del resentimiento social:
Masas, no héroes. Nosotros, en cambio, proclamamos la divisa del hombre
esencial: Héroes, no masas.