viernes, 13 de diciembre de 2019
Estanislao - Antonio Caponnetto
ESTANISLAO
Por
Antonio Caponnetto
Acaso
como un símbolo infausto y bufo a la vez del gobierno fernandino que acaba de
peer el sufragio universal. Como un signo nefando y burlesco de la nueva
deposición popular; como una personificación grotesca cuanto abominable del
Régimen monstruoso dominante; y al fin, acaso como efigie infame y sátira,
obscena y ridícula de la democracia, ha sido enfocado en el primer plano de los
actores de la nueva inmundicia gubernativa, la figura de Estanislao Fernández.
El hijo degenerado del presidente, cuyo oficio convicto y confeso tiene una
decena de nombres eufemísticos en inglés, pero un solo y frontal nombre en la
pulida lengua castellana: puto.
La
gravedad del asunto no está primero, en esta ocasión, en la práctica explícita de la contranatura que caracteriza
al abyecto, sino en la total aquiescencia del padre que se gloría en su vástago
corrupto, en el deleite admirativo con que ha sido aceptado y ponderado por los
medios masivos, en el beneplácito de la clase política, en el silencio cobarde
de quienes deberían protestar a cuatro voces la ignominia; y está la gravedad
principalmente en que el depravado exhiba con orgullo su condición de tal,
mientras su padre aprueba tamaña exhibición convirtiéndola en Política de Estado.
Ya no es la honra del hijo másculo que continua la estirpe, sino la jactancia
del Dr. Frankestein, que cree haber desafiado con éxito la ley divina, sin
saber el final que le aguarda.
El
infeliz de marras, en sí mismo, es inmerecedor de cualquier loa o ataque.¿Qué
predicar de un folículo, tubo o canal?;¿qué denostar o encomiar de la secreción
o de la adrenalina? Lo que traslada su caso del ámbito de los patólogos al de
los politólogos, es que tamaño engendro
ha sido convertido en causalidad ejemplar de los nuevos tiempos, en
paradigma epocal y etario, en una especie de titán de la extraña honra
posmoderna de tenerse por náusea.
Su
padre, que ha jurado insensatamente por los Santos Evangelios, profanándolos de
manera escandalosa y procaz, debería saber que en aquellas sacras páginas que
ignora y toma en vano, el buen progenitor de la proverbial parábola del hijo
pródigo, no es el que festeja que el descarriado vástago habite en un chiquero,
sino el que lo abandone para recuperar la gracia. Alberto, claro, subvierte a
sabiendas la enseñanza neotestamentaria. Y al igual que su prole él es el
insensato habitante de esa porqueriza de fetidez ilimitada que da en llamarse
kirchnerismo.
Nos
adelantamos a una objeción de la que podría hacerse portavoz algún buscapleitos.
Va de suyo que hay otros muchos Estanislaos y Albertos en la partidocracia
entera, en la sociedad en general y en los gobiernos anteriores al presente. El
Macrismo, para decirlo con todas las letras, no fue ni es otra cosa que un
rejunte de amorales, apátridas y ateos prácticos, siendo su testa visible y
directriz un sujeto de múltiples promiscuidades vividas o promovidas. Baste
recordar al ingeniero emulando públicamente a Freddie Mercury, para darse una
cabal idea de su ética de bajo fondo y sus predilecciones de albañal. Fue la
pringue su vida y su elemento, diría de él algún himno de resonancias
sarmientinas.
No
obstante, el matiz que hace del caso que comentamos ahora algo casi sin
precedentes, es que con él se cumple aquel vaticinio trágico de Octavio Paz: el
tacho de basura fue colocado al fin como centro de mesa. La puerta del baño ha
sido dejada intencionalmente abierta, y ya no dice el mutante que “odia el
de los zurullos”, sino que en breve ha de crearle un Ministerio
para que ejerza su peculiar función.
A
la vista de esta “Estanislaoización” del peronismo vigente podrían hacerse
algunas reflexiones, si tiempo y ganas hubiera.Porque antecedentes no faltan en
la “tercera posición”, de posiciones nefandas reivindicadas y presentadas como
naturales. Desde las de su fundador, de quien se llegó a decir que se lo quería
igual, así se probara su condición de ladrón y de invertido, hasta la de sus
briosos militantes de la retaguardia que no trepidaron en formar una rama que
responde a la sonora nomenclatura de P.P, siendo la primera consonante inicial
del crudo nombre de la sodomía.
Pero
no puede dejar de anotarse un fenómeno significativo. Medio siglo atrás, los
guerrilleros peronistas irrumpían marcialmente en la Plaza de Mayo, canturreando que
no eran maricas ni faloperos sino “soldados de Far y Montoneros”. El tiempo
–implacable verdugo si los hay- les devolvió nietos como Estanislao, que cantan
impúdicos y verracos exactamente lo contrario: la jactancia de ser drogadictos
y homosexuales. Más un plus inevitable: aborteros, cobardes, asesinos de
vientres maternos y tronchadores inicuos del hogar constituido como Dios manda.
Atributo este último que cuenta con el beneplácito del mismo Bergoglio, quien
no trepida en recibir cortesmente a la eventual barragana de Alberto en el
mismo Vaticano, dentro de una cumbre mujeril prevista para conyuges de Jefes de Estado. ¿De qué conyugalidad estamos hablando?
Una
vez más acertó el maestro Chesterton: si se niega lo sobrenatural, tampoco
queda lo natural. Queda la nada. Y de trágicas naderías alzadas con el poder
estamos hablando.
Vaya
desde ya nuestro aviso, a propios y ajenos, a amigos descorazonados por tantos
males impunes a la vista, y a enemigos agrandados precisamente por la lenidad
de que disfrutan para ejecutar sus ruindades.
Nuestro
aviso es simple y es claro: como argentinos, no permitiremos que estaticen a
nuestros hijos ni a nuestros nietos ni a nuestros seres queridos. Como
bautizados, no permitiremos que bergoglicen nuestra Fe Católica, Apostólica y
Romana. Así de fácil y de rotundo. Porque para tal propósito el único poder que
necesitamos no nos lo da la democracia sino la gracia. Que ellos sigan
engendrando Estanislaos, Máximos, Florencias o cómo se llamen los desdichados
muñecos. Nosotros seguiremos trayendo al mundo varones y mujeres, a quienes
Dios primero y María Santísima por delante, los criaremos en el antiguo y noble
propósito de vivir conforme al Decálogo.
Quisimos
decirlo en versos en uno de nuestros recientes libros, bajo el título
marechaliano de Didáctica del Hogar.
Permítasenos recurrir a algunos fragmentos:
Cuatro
cimientos tiene la crianza
sin
mengua de enunciarte una lista de tríadas
que
harían ilegible mi Didáctica.
Empiezo
por mentarte la columnata firme del ejemplo.
Serás
espejo de tus hijos en el que puedan verte y verse
sin
reproches,
serás
cristal y lámina que devuelva un dechado a los mirones.
O el
vidrio se hará añicos
y
quedará tu efigie
como
un pedrusco egipcio que mutiló el Sahara.
Leopoldo,
si los padres no han de ser arquetipos
engordarás
mañana la faltriquera hebrea
de
algún psicoanalista.
ººº
Mas
estos paradigmas no han de ser sólo tuyos
unido
a tu consorte.
Los
buscarás dónde ya sabes y lo cantaste un día
trazando
la esperanza de la patria:
y en
la levitación de lo santos arriba>.
No
enmiendo plana alguna si por necesidad acoto
lo que falta esta tarde;
que
esos santos no sean espantajos salidos
de un
cónclave de ciegos,
para
ultrajar altares;
ni
sean esos héroes marionetas fulleras
despojadas
del bronce, del corcel y la espada.
Lo
santos son los héroes de la historia celeste,
los
héroes son los santos
que
habitan geografías seculares.
ººº
¿Qué
sucedió y agrego: cuándo y cómo,
desplazaron
insignes y preclaros varones
y mujeres
salidas
del
fiel Deuteronomio
o de
miniados códices monásticos,
por
una muchedumbre de eunucos,
del
avariento Creso,de la furcia insolente,
de
habitantes de Lesbos, Cartago o de Gomorra?
¿Qué
alquimia de tahures construyó en la botica
de la Ciudad Destrinizada,
los
esperpentos grises que adora nuestro pueblo,
los
endriagos que admira?
Sirva
de réplica la de Alejandro en Frigia:
corte
tu tajo el nudo endemoniado
y
vuelva el aire puro de la pampa o del Ande.
ººº
Hay
varios consejeros que han pasado a la historia
por
motivos diversos, si sabios o malvados,
inspirados
o ineptos.
En su
carcaj no estaban esas flechas filosas, ni saetas agudas
sino
sólo palabras
que
daban o negaban puntería moral a los criterios.
Si
quieres ser el padre que no entregue a su hijo
la leche adulterada
busca
en las Escrituras la moción que aleccione.
Te
aseguro que en ellas abrevaron Merlín y Fray Hernando,
Cisneros
el de Henares, Martín Fierro y aún Gandalf.
Prueba
las moralejas de los Sagrados Textos
y
crecerá tu prole en sapiencia y en gracia.
ººº
Quede
prohibido tremolar bandera blanca
de
rendición,
adentro
de tu casa.
O
tocar el clarín de retirada toda vez que mastines
y
jaurías hambrientas busquen morder esos viveros
cimentadores
del suelo y la techumbre.
Dirás
con Palafox, no sé rendirme, ni
capitularé jamás
hasta el cadalso.
Siempre
queda la opción de Sagunto o Numancia,
de
Paysandú la heroica
o de
la módica terraza trinitaria
arrojando
al hereje aceite hirviendo.
Un
hogar ha de ser parapeto y refugio,
ciudadela
en el páramo o el yermo,
algunas
veces dique y otras veces
almenas
avizoras en medio de la niebla.
Prométete
que nunca has de arriar la oriflama
de la
iglesia doméstica,
y
puedo ser garante de que entonces, esa casa tan tuya,
simple
y limpia,
quedará
en los anales de la
Historia.
ººº
Como a todos sucede, sucederá la edad de la vejez
que
espera en el umbral y lo traspasa
con su
traje de harapos
y jirones de luna en el sombrero.
Recordarás
por qué te dije que era preciso inicialmente
aprobar
el examen de la longevidad y del ocaso.
Leopoldo,
si un varón en vetustez,
cuando
el frío de agosto
no
sabe descubrir a quien nombrara su Lucía
Febrero,
habrá
tantos perjurios como meses
y será
el calendario su sayón y verdugo.
Sigue
llamando a tu esposa anticuada
y sus
mellas y arrugas semejarán diademas
de una
común genealogía.
ººº
Sabia
es la Madre Iglesia
que el día de las nupcias
te
desea con son de vaticinio,
que
puedas ver a los hijos de tus hijos.
Desatentos
oímos como novio este anhelo
por
siglos repetido y acuñado;
hasta
que llega nuevamente al zaguan de tus muros
la
ventura inefable del dolor parturiento.
El que
llamó a los nietos bastón de mi vejez,
corona
de mi ancianidad, báculo móvil,
tenía
la sapiencia de aquella abuela Loide
que le
dio a Timoteo la herencia de la
Fe.
Canta
Leopoldo a los hijos de tus hijos,
con
címbalos y armónicas, la zanfona o la lira.
Ellos
han de pagar tus cantos al mirarte
y
sabrás que en sus ojos
se miran los del Ángel.
ººº
He
aquí hasta el momento cuanto de sustantivo
debía
yo decirte,
movido
por la prisa que suelen saber tener
los testamentos.
Me
dirás,y lo creo, que estos tiempos aciagos
tienen
fragancia a ultimidades, olores postrimeros,
aroma
a Parusía, al vaho de Magog y de Gog reunidos.
No has
de saber ni el día ni la hora:
es
cláusula ya escrita.
Pero
El Que Vuelve ha dicho que en el tiempo preciso
en el
cual estas cosas sucedieran,
lejos
de todo espanto o sobresalto, irguiéramos el pecho,
alzáramos
las testas,
tuviéramos
al fin el santo y seña
de que
la Redención
adviene,
arriba
y comparece.
Por
eso llamaré a mi Didáctica, Didáctica del
ánimo.
Si la
cumples, Leopoldo, se salvará el hogar
de los
naufragios ruines que lo acechan.
Y por
cada morada que se salve
se ensanchará la patria de la tierra
y la
patria del cielo.
Nacionalismo Católico San Juan Bautista