Los elementos religiosos del peronismo (21° parte): Los instrumentos del rito
Los instrumentos del rito
Parte de esa liturgia está constituida por el escudo peronista, conformado con elementos similares al nacional, donde se subrayan las manos entrelazadas en signo de solidaridad.
La marcha peronista,
coreada con una unción religiosa por todos los asistentes, subraya el
eufórico nombre del líder máximo en un estribillo de "vivas"
reiterados.
El rasgo peculiar e identificatorio lo proporcionan principalmente los retratos de Perón y Evita y los bombos,
un instrumento de percusión cuyo retumbar incesante contribuye de una
manera especial a configurar ese ambiente festivo -incluso carnavalero, y
hasta soez- pero siempre fuertemente emotivo, tan propio del peronismo.
En las bandas
militares, el bombo subraya el elemento rítmico característico de la
marcialidad, y su uso es muy antiguo en los cuerpos armados. En las
ceremonias rituales de los pueblos indígenas, la percusión es un factor
siempre también presente. Un análisis del milenarismo, al estudiar los
movimientos proféticos americanos, se refiere a la Dream-Dance, uno de
los más importantes entre los indios del norte del continente, donde el
tambor transmite un sentido de solidaridad. El bombo quizás constituye
quizás el símbolo más importante de expresión popular en el peronismo,
significación advertida claramente, aunque negativamente interpretada,
por los antiperonistas, quienes consideran al instrumento como una
verdadera representación del mal:
Este "tambor muy
grande", como lo define la Real Academia Española de la Lengua, ha
pasado de ser un instrumento apenas complementario y ocasional de
cualquier orquesta que se respete, a la categoría de un verdadero
símbolo nacional. Desde que la dictadura totalitaria lo incorporó en
1943 a la vida nacional, ha sido utilizado como medio de propaganda de
sus seguidores, como anuncio de su presencia multitudinaria, y como
prolegómeno de tumulto y desorden.